martes, 28 de agosto de 2012

MENOS FÚTBOL Y MÁS TRABAJAR



La Policía admite, en privado, que el error ha sido 'garrafal'
La confirmación, a partir del análisis de un perito contratado por la acusación particular, de que en la hoguera encendida por José Bretón en la finca de las Quemadillas, en Córdoba, había restos óseos de sus hijos, los desaparecidos Ruth y José, ha sido recibida por la Policía como un auténtico "mazazo".

Aunque oficialmente ni el Cuerpo Nacional de Policía, ni la dirección general de la que depende o el Ministerio del Interior han entonado el mea culpa y nadie, al menos por el momento, ha asumido responsabilidades, en el seno del cuerpo y entre quienes han trabajado en algún momento en la investigación por la desaparición de los niños hay hoy una sensación de frustración tremenda y una gran consternación.

Reconocen, extraoficialmente, que el informe emitido por la Comisaría General de Policía Científica en la que descartaba que en el fuego hubiese restos humanos -señaló que sólo había huesos de animales— incurrió en un "error garrafal” al que no encuentran explicación lógica.

Fuentes policiales consultadas por ELMUNDO.es indicaron que el dictamen lo hizo una antropóloga forense de la Comisaría Central de Madrid, ya que los especialistas locales de Córdoba y los de la Jefatura Superior en Andalucía Occidental fueron completamente excluidos desde el primer momento.

Agentes, apartados
De hecho, según estas fuentes, los expertos de la Policía Científica andaluces se disponían a analizar los restos del fuego encontrados en la finca de los abuelos paternos de Ruth y José cuando recibieron la orden de apartarse y dejar el asunto en manos, exclusivamente, de sus compañeros de Madrid.

Eso sucedió a principios de octubre del año pasado y, desde entonces, el caso ha sido llevado con tanto celo y secretismo por parte de la Comisaría Central que nadie en Sevilla y Córdoba estaba al tanto de las pesquisas, a excepción del jefe superior en Andalucía Occidental, Miguel Rodríguez Durán.

Y, al menos durante unos días, a éste se sumó el ex jefe de la Brigada de Policía Judicial de Sevilla, Manuel Piedrabuena, enviado a participar en la investigación en un primer momento, pero apartado casi enseguida. Piedrabuena fue el máximo responsable de la investigación abierta en Sevilla en 2009 por la desaparición de la joven Marta del Castillo, cuyo cadáver, casi cuatro años después, aún no ha aparecido.

Ni siquiera el comisario provincial de Córdoba, Francisco Perea, ha tenido demasiada participación en el asunto. Ni ahora, como responsable del cuerpo en la provincia cordobesa, ni antes, ya que cuando se denunció la desaparición de los niños él era el jefe de la Policía Científica de Sevilla. Dirigió, pero sólo unas horas, los trabajos iniciales de sus hombres –los que iban encaminados a esa hoguera en la que sí había restos humanos según ha sabido ahora--, hasta que llegó la orden de dejar paso a los especialistas llegados desde Madrid.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/08/27/andalucia/1346061602.html

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