viernes, 27 de abril de 2012

MÁXIMA PRESIÓN


EN LA GRADA






EN LA CALLE





EN EL CAMPO


jueves, 19 de abril de 2012

LIGALLO FONDO NORTE, GRUPO HISTÓRICO



EL MAYOR ANOTADOR DE LA HISTORIA ZARAGOCISTA




El 13 de septiembre de 1959 se produjo el debut oficial con el Real Zaragoza de un futbolista especial, distinto, Marcelino Martínez Cao (Ares, La Coruña, 29 de abril de 1940). Sus diez años como zaragocista dejaron como legado 331 partidos oficiales y 116 goles, cifra que le convierte en el máximo goleador de la historia del club aragonés, una cifra hoy por hoy inalcanzable.

Un cigüeñal de camión para un tío del futbolista. Ése fue el precio del traspaso de Marcelino, que ya despuntaba en el Ferrol con apenas 18 años. A su llegada al Real Zaragoza, el `9´ estaba en posesión de Joaquín Murillo, uno de los grandes goleadores españoles de la época, por lo que el joven Marcelino ocupó en sus primeras temporadas en La Romareda prácticamente todos los puestos de la delantera. En la temporada 1961-1962, la abundancia y calidad de atacantes (Miguel, Duca, Murillo, Seminario, Lapetra) incluso le retrasó en ocasiones al puesto de interior, formando dúo con Isasi.

Daba igual. Su inteligencia natural le permitía destacar en cualquier puesto y enseguida despertó el interés del fútbol español. Pedro Escartín le dio la alternativa en la selección en noviembre de 1961, en un amistoso España-Marruecos (3-2). Marcelino sólo tardó once minutos en dejar su firma goleadora.

La temporada 1963-1964 marca el apogeo de Marcelino. En posesión ya del `9´, su unión con Canario, Santos, Villa y Lapetra generaba fútbol de alta escuela un domingo sí y otro también. Los `Magníficos´ ganaron sus primeros títulos (Copa de Ferias y Copa de España) y dos de ellos, Marcelino y Lapetra, intervinieron en la mayor victoria del fútbol español en mucho tiempo, el triunfo sobre la Unión Soviética en la Eurocopa. Marcelino ascendió a los altares pero apenas se mantuvo en la cima tres años más. Aún le dio tiempo para ser mundialista en Inglaterra, pero los `Magníficos´ se hicieron viejos de repente y el declive fue fulgurante. Con 28 años Marcelino empezó a desaparecer del equipo y vivió sus dos últimos años casi en el anonimato.

Atrás quedaron 116 goles, tres títulos, once años en el Real Zaragoza. En 1970 Marcelino dijo adiós definitivamente y con él se cerró una etapa dorada, marcada por un futbolista distinto, irrepetible.

Las dos semanas fantásticas de Marcelino

Entre el 21 de junio y el 5 de julio de 1964, Marcelino vivió quince días de ensueño en los que se proclamó campeón de Europa, con España, y campeón de la Copa de Ferias y de la Copa de España, con el Real Zaragoza. Si a eso añadimos el papel de héroe nacional alcanzado gracias al gol marcado a la Unión Soviética en el Santiago Bernabéu, es fácil comprender el estatus de auténtica estrella del delantero zaragocista.

Marcelino, proclive siempre a los gestos grandilocuentes y en cierto modo arrogante en sus modales, se convirtió en todo un símbolo de la España de los años 60. El gol de Marcelino a Yashin entró en la leyenda y el gallego encontró una razón poderosa para potenciar su estela de divo futbolístico.

MIKE STYLE

miércoles, 18 de abril de 2012

LECTURAS INFANTILES



SPORTING DE GIJON - REAL ZARAGOZA




INMORTAL



Londres'12 trata de contratar a Keith Moon, batería de The Who muerto en 1978
La organización de los Juegos Olímpicos contactó con el agente de la banda para saber de la disponibilidad del músico

La voluntad del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Londres es completar un evento histórico. Quizá por ello, un miembro de la organización envió un e-mail a Bill Curbishley, agente de The Who, para preguntarle qué disponibilidad tendría el batería de Keith Moon para sumarse a sus antiguos compañeros y cerrar el revival de la legendaria banda en una de las ceremonias de Londres’12.

La actuación, efectivamente, hubiera sido legendaria. Sobretodo porque Keith Moon falleció de sobredosis en 1978. Hace 34 años.

La conversación la desveló el propio Curbishley al Sunday Times. “Les contesté –explica- que Moon reside ahora en el crematorio de Golders Green, cumpliendo con el legendario verso: ‘Espero morir ante hacerme viejo [De la canción My Generation]”.

Keith Moon, primer batería de The Who, murió de sobredosis el 7 de septiembre de 1978. El músico estaba tratando de recuperarse de su adicción al alcohol y las drogas –en cierta ocasión, se desvaneció en el escenario tras haber ingerido un calmante para caballos-. Aquella noche, ingirió 32 pastillas sedantes para sobrellevar la abstinencia.

Hiperactivo y excesivo, la leyenda atribuye a Moon la invención de la mayoría de los excesos del rock and roll. Televisores lanzados al vacío desde habitaciones de hotel, cartuchos de dinamita en el baño… Moon vivía en una permanente explosión que alcanzaba su punto álgido en el escenario. La interpretación de Young Man Blues conservada en el DVD Live at the Isle of Wight es una buena prueba de ello.

Pero en todo caso, y por motivos obvios, Moon no actuará en el Londres’12. Tampoco lo podrá hacer, por cierto, John Entwistle, bajista de la banda, fallecido en 2002. Quizá Curbishley se lo recordara a los organizadores en algún e-mail. http://www.lavanguardia.com/musica/20120417/54284563021/juegoos-londres-trata-contratar-keith-moon-muerto.html

viernes, 13 de abril de 2012

SÓLO NOS VALE....

NUEVAS BUFANDAS





Para el próximo partido ya estarán a vuestra disposición las nuevas bufandas de raso del grupo.

El precio que tendrán será de 10 euros y estarán disponibles en el puesto del Fondo Norte de La Romareda en los partidos en que el Real Zaragoza juegue de local y de forma momentánea y en el correo electrónico.

LA MUERTE NO ES IGUAL PARA TODOS

En homenaje a Iñigo Cabacas
Álvaro Olmedo

Ni lamentos. Ni crespones negros. Ni un minuto de silencio. La muerte de Iñigo Cabacas ha estado teñida de un grado vergonzante de indiferencia por el mundo del fútbol en particular y la sociedad en general.
La noticia de que un joven hincha del Athletic había resultado herido tras el partido de Europa League entre el conjunto bilbaíno y el Schalke pasó sin mayor repercusión. Poco después se supo que su estado era muy grave. El lunes llegó el horrible desenlace. Todo en medio de una falta total de transparencia por parte del gobierno vasco y de la Ertzaintza.
En el lugar donde murió Iñigo no había seguidores del Schalke, no fue una pelea entre aficiones ni tampoco entre facciones de una misma hinchada, solo una trifulca personal. El destino quiso que Iñigo Cabacas se encontrara en esa zona de bares próxima a San Mamés. Un día después de su muerte la autopsia reveló lo que familiares y testigos habían denunciado: Iñigo falleció a causa de un pelotazo de goma lanzado por la policía.
Iñigo Cabacas, de 28 años, podía ser como cualquiera de los miles y miles de aficionados que cada fin de semana acuden a un campo y luego se quedan tomando algo en compañía de los amigos. Esta vez, sin embargo, no ha existido el revuelo mediático de otras ocasiones a su alrededor. Se ha transmitido una sensación de "accidente" que no corresponde a la realidad.
La muerte de Iñigo Cabacas pudo haberse evitado y la responsabilidad no es de los aficionados, rápidamente criminalizados ante cualquier incidente. Esta vez, el silencio.
Nada devolverá a Iñigo a la vida, pero su memoria se puede honrar con justicia, primero, y con medidas, después. Regular y limitar los protocolos de actuación de la policía en los estadios es una cuenta pendiente del fútbol español. Un campo de fútbol y sus alrededores no pueden ser territorios donde la arbitrariedad esté justificada en pro de la seguridad. Que sea el último suceso de este tipo será su mejor homenaje.

http://www.marca.com/2012/04/12/opinion/firmas/1334227475.html

jueves, 12 de abril de 2012

JIMÉNEZ EN PLAN TORERO

SUTILES DIFERENCIAS

Vosotros teneis a "THE ANIMAL"



Nosotros tenemos a "THE ANORMAL"


martes, 10 de abril de 2012

VOLVERÁN BANDERAS VICTORIOSAS



IN MEMORIAM DE GIORGIO CHINAGLIA





Cuentan que un llamativo cartel con la leyenda ‘¡Cuidado con el perro!‘ colgaba de la verja que rodeaba su imponente mansión de estilo mediterráneo de New Jersey. Una cortés pero intimidatoria advertencia hacia sus visitantes. Obviamente, Giorgio Chinaglia no tenía perro. Imagino que llegar a comprender la figura de Long John Chinaglia en toda su extensión no debe de ser sencillo para alguien que, como yo, ni fue coetáneo de él ni conoció de sus andanzas de primera mano. Un tipo que nació en la Italia profunda, que emigró con sus padres a Gales con apenas nueve años, que volvió a Italia y se hizo hombre aupando a la Lazio a ganar el primer Scudetto de su historia y que acabó su carrera deportiva enseñando a los neoyorquinos cómo era aquello de la pelotita esférica y no ovalada. El resumen de su historia no lo haría particularmente especial ni diferente de muchos otros. Pero deténgase el lector en la anécdota. Encontrará la definición de un personaje como pocos.


Nadie como el maestro Enric González describió a aquel Grupo Salvaje que era la Lazio de mediados de la década de los setenta. El equipo dividido en su seno en dos clanes antagónicos y violentamente enfrentados entre sí. El equipo con integrantes abiertamente filofascistas. El equipo que acudía a las concentraciones previas a los partidos con tantas armas de fuego como integrantes de la expedición. Y también, y sobre todo, el equipo que arrimó hacia el costado biancoceleste de Roma el primer gran título de la historia del club, solo dos años después de su último ascenso a la Serie A. Y allí, en mitad del bosque de Bambi, Chinaglia era el capo. El pendenciero al que nadie osaba discutir su autoridad. El triunfador que miraba la vida pasar desde la atalaya privilegiada de su metro ochenta y muchos y sobre su nariz tan itálicamente ganchuda.

Long John tocó techo con aquella Lazio triunfal. Su destacada actuación en aquel campeonato del 74 le llevó a formar parte de la selección italiana que acudió al Mundial de Alemania ese mismo verano. Pero Chinaglia, dueño de un ego del tamaño del Circo Massimo, no terminó nunca de encajar en aquel equipo. Su pasado pendenciero, su tendencia ultraderechista y violenta y su querencia por los líos le habían convertido poco menos que un indeseable a los ojos de la Italia no laziale. Lo culminó con un sonoro y gestual vaffanculo en la cara del seleccionador Valcareggi tras ser sustituido en el partido ante Haiti. Y fue cuando decidió pasar de todo y de todos y embarcarse en una extraordinaria aventura con sede en Nueva York e inolvidable nombre propio: Cosmos. Nunca un nombre definió tan fielmente a un equipo de fútbol.

En la City encontró Giorgio su hábitat ideal. En una ciudad gigantescamente salvaje en la que al menos un millón de sus habitantes eran pandilleros. Igual que él mismo. Su peculiar carácter y las circunstancias de una metrópoli convertida en un hervidero social formaron una perfecta simbiosis. Y Chinaglia acrecentó su leyenda hasta convertirse en el principal foco de atención de aquella pléyade de estrellas que conformaban el Cosmos. Por encima de Pelé (que ya comenzaba a abandonarse físicamente), de Beckenbauer y de Carlos Alberto. Porque su carácter se imponía. Porque él y solo él celebraba sus numerosos goles (máximo goleador histórico de la historia de la NASL) como si estuviese haciendo un favor a la Humanidad. Porque nadie estaba por encima de su figura en aquel club.

Cuentan que en la noche previa a un decisivo partido lejos de Nueva York, Eddie Firmani, técnico del Cosmos, advirtió a sus futbolistas sobre la importancia de aquel compromiso, prohibiéndoles expresamente su adquirida costumbre de salir de fiesta la noche anterior y estableciendo una multa de mil dólares para todo aquel futbolista que abandonase el hotel de concentración durante la noche. Chinaglia, en un gesto que le definía, desafió la autoridad de su técnico, plantándose ante él y preguntando al resto de sus compañeros cuántos estaban dispuestos a acompañarle a conocer la vida nocturna de la ciudad. Cinco alzaron la mano. Giorgio se volvió hacia Firmani y, sacando de su cartera seis mil dólares, le dejó bien claro quién mandaba en aquel vestuario.

Tras retirarse, Long John quiso volver a la Lazio. Pero quiso hacerlo a su particular manera. Se alzó con la presidencia del club a principios de los ochenta y, en apenas dos años, lo único que consiguió fue devolver al equipo a la Serie B. Más tarde lo intentó por la vía coercitiva. Quiso adquirir el club de manera fraudulenta y apoyado por los Irriducibili, el descerebrado grupo ultra de la escuadra romana. Se topó con la justicia. Se le relacionó incluso con la Camorra y se dictó una orden de arresto sobre él. La jugada le salió por la culata. Los tiempos habían cambiado considerablemente y la Magnum 44 que escondía en el bolsillo de su americana ya no causaba el mismo efecto que en los locos años setenta. Chinaglia abandonó. Regresó a Estados Unidos y pasó los últimos años de su vida en Florida, como comentarista de televisión, y sin perder de vista a una Lazio que nunca jamás dejaría de devolverle su amor incondicional.

Giorgio Chinaglia, exfutbolista, pendenciero, luchador, desafiante y camorrista, falleció un primero de abril de dos mil doce en Naples, Florida. Tenía sesenta y cinco años. Sesenta y cinco años de pura anécdota.
http://www.diariosdefutbol.com/2012/04/02/long-john-una-vida-en-anecdotas/#more-27455

MIKE TYSON

lunes, 9 de abril de 2012

REAL ZARAGOZA - FC BARCELONA





ZARAGOZA FANS


Cesc Fábregas se declara "fan" del Zaragoza
"Siempre lucha hasta el final, me gusta su estilo de juego y la afición es espectacular", aseguró

Soy un fan de este equipo y de este club". Cesc Fábregas volvió a confesar el pasado sábado, tras el partido ante el Barcelona en La Romareda, su simpatía hacia el Zaragoza, como ya hizo, entonces a través de Twitter, tras la victoria zaragocista en el último minuto frente al Atlético de Madrid. Formado en la cantera azulgrana y campeón de Europa y del mundo con la selección española, a Cesc solo le falta ya por aclarar de dónde le viene tanta simpatía por el conjunto zaragocista, porque es más que evidente el cariño que tiene por él.

El jugador fue preguntado por el Zaragoza cuando abandonaba La Romareda en zona mixta y mostró ese cariño sin rodeos: "El Zaragoza siempre lucha hasta el final y me gusta su estilo de juego. Además, la afición es espectacular, solo hay que ver cómo estaba con su equipo con el 1-4, eso se ve poco en el fútbol de hoy en día. Es un placer jugar aquí", señaló el centrocampista de Arenys, que regresó a Can Barça el pasado verano después de marcharse de La Masía al Arsenal y triunfar a las órdenes de Arsene Wenger en los Gunners.

Cuando el Zaragoza ganó al Atlético de Madrid con el penalti que convirtió Apoño hace dos semanas tanto Piqué como Cesc mostraron su alegría. En el caso del central hay un pasado zaragocista, ya que estuvo en La Romareda cedido por el United en la 06-07, pero Fábregas se mostró igual de entusiasmado en Twitter que su compañero por la victoria zaragocista. "Qué gran victoria para el Zaragoza. Es un equipo que siempre me ha gustado. Muchas opciones de salvarse", escribió en su cuenta oficial.

Cesc Fábregas se declara "fan" del Zaragoza ( El Periódico de Aragón - 09/04/2012 )

UN SENTIMIENTO GENERALIZADO