HASTA LA VISTA, DON ANTONIO.

Hoy es un día de los duros, quizás el segundo más duro de mi carrera deportiva porque si hay una cosa que odio son las despedidas. Y más si te tienes que ir de un lugar que consideras como tu casa.

Se acaba un ciclo por segunda vez en este club. El primero fue difícil por disparidad de opiniones entre unos y otros. Ahí yo me la jugué y al final fui acogido en otro rinconcito aragonés como es la preciosa Huesca.



Este segundo ciclo ha sido el más duro, después de 6 meses luchando por superar el obstáculo más difícil tengo que acabar de pelear y cerrar esta pesadilla. Agradecer la posibilidad de entrenar con el grupo aunque era complicado sentirme parte de él, a pesar de que los compañeros siempre me hicieron partícipe de todo.



Desde aquí quiero agradecer a la afición zaragocista su apoyo incondicional en los malos momentos. No había un día en el que me cruzara con algún aficionado que me alentara por las calles mañas o sino, por las redes sociales. Aunque parezca raro, sin vuestra ayuda en esos malos momentos jamás habría podido seguir peleando. En esos momentos se ven a los que están cerca de ti y si me cabía alguna duda, en este tiempo me di cuenta que una parte de mi corazón se ha quedado ese “León Rampante” que me hace ser un “Sevimaño”.



También quisiera resaltar y agradecer a todos los amigos de verdad que dejaré en esta ciudad y que ellos serán responsables de que deba volver en muchas ocasiones a la ciudad del cierzo o del ternasco. Que hasta eso echaré de menos e incluso el guiñote. Soy de los que creen que quien tiene un amigo tiene un tesoro y, en ese sentido, dejaré aquí el mayor de los tesoros que haya podido encontrar en esta ciudad en la historia. Que ya es decir.

Por último, desearle lo mejor al Real Zaragoza como equipo e institución. Lo digo de corazón porque jamás podría tenerle rencor al club que me dio la posibilidad de jugar en la élite. Que vuelvan los años en el que fue un grande de España, aunque me enorgullece haber contribuido en los peores años a salir del pozo y plantar las bases para un futuro mejor.

Sin más, se despide un humilde trabajador que tuvo la suerte de defender la Puerta del Carmen y siempre tendrá en su corazón un hueco para esta ciudad y este club.

Muchas Gracias.

Toni Doblas.