Publicado el 04/09/2013 por Valeriano Jarné
Ya han pasado unos meses desde el último comentario en este medio sobre el Real Zaragoza. Para mí no hubo sorpresas. Más o menos se está cumpliendo el guión previsto, pero algo debe cambiar si al final del recorrido todos queremos ver al Real Zaragoza en Primera División. No me agrada el derrotismo que se palpa en el ambiente. Esto es muy largo y la categoría se ha igualado tanto, que no hay un partido con favorito para el resultado. El Director General, García Pitarch, dio la clave para el triunfo deportivo zaragocista cuando aseguró que “tenemos que olvidarnos todos de la pasada temporada y de la próxima. Hay que centrarse exclusivamente en la actual.”
El actual Real Zaragoza es como un enfermo cuando acude al hospital. De nada sirve hablar del por qué cayó enfermo de gravedad, ni de lo que podrá hacer cuando salga del centro hospitalario. Seguir recordando el pasado de nada sirve. Prácticamente, todo el mundo está de acuerdo del por qué el club aragonés está donde está. Ahora, el único objetivo es la vuelta a Primera y, para conseguirlo, no queda otra que la unión de todo el zaragocismo y centrar todo en la parte deportiva. Esta es la dura realidad, si de verdad se quiere y se ama al Real Zaragoza
Afortunadamente, desde el pasado mes de junio hay un nuevo reglamento que deben respetar e implantar todos los clubes y que les obliga a seguir una línea de coherencia económica. El no cumplir acarrea no poder participar. Es el primer paso en busca de la buena salud de las S.A.D., pero siguen compitiendo cuatro clubes que van por libre y los grandes serán mas grandes y los pequeños más pequeños. Conclusión: La Liga sigue adulterada.
Lo de Agapito Iglesias y su continuidad lo abordaremos la próxima semana. Merece la pena, para bien y para mal. El accionista mayoritario sigue loco por largarse, pero sigue sin aparecer la persona o los grupos aragoneses que quieran comprar la marca Real Zaragoza. El tema del Real Zaragoza y Aragón, como mínimo, es para meditar. Será muy triste despedir a Agapito y que el Club no quede en manos aragonesas. Esto va a llegar. ¡Tiempo al tiempo!
Hasta tanto se cierre la venta, Agapito Iglesias, como sucedió la pasada temporada, apostó de nuevo por dejar el poder en manos de terceros, pero tampoco se debe olvidar que es el propietario. Fallaron Manolo Jiménez y Fernando Molinos, dos personajes con el visto bueno de la gran mayoría. Esta temporada el “jefe” es García Pitarch. A los políticos se les dan cien días de confianza. Esto en fútbol es inviable. Lo que sí es cierto es que accedió al cargo sabedor de la realidad del Club en todas sus parcelas. De su independencia en la gestión no hay por qué dudar. Entre los muchos despidos, había algún ojito derecho del accionista mayoritario. ¡Es un dato¡
http://valerianojarne.es/2013/09/04/garcia-pitarch-indica-el-camino-para-el-triunfo-deportivo-del-real-zaragoza/
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