martes, 25 de octubre de 2011

BUSCABAN A HUGO




"Si el tubo me da en la cabeza no lo contamos"
El conductor del autocar del Zaragoza relata el incidente de Pamplona y dice que el artefacto del impacto era de hierro

Nos hemos salvado de una buena, porque podía haber sucedido algo muy grave. Debería considerarse como un acto de terrorismo. Si me hubiera alcanzado el tubo a mí en la cabeza igual no lo contamos", aseguró ayer Francisco Peiró, que conducía el domingo por la noche el autocar del Real Zaragoza cuando fue alcanzado por un artefacto metálico a los pocos kilómetros de abandonar Pamplona tras disputarse el partido ante Osasuna. El objeto, posiblemente lanzado por componentes de la peña Indar Gorri, que acoge a los seguidores más radicales del cuadro navarro, rompió la luna de la puerta de entrada al vehículo y estuvo a punto de alcanzar a Pedro Matamala, el otro conductor que acompañó a la expedición y que en esos momentos ocupaba el asiento destinado al copiloto.

Matamala sufrió heridas en la cara al recibir el impacto de algunos cristales, pero de carácter leve. "Tuve suerte de que en ese momento estaba agachado cogiendo unos cacahuetes y una bebida, pero si no me hubiera dado en la cabeza. Parecía como si nos hubiesen tirado una bomba. Al principio tuve mucho dolor en el oído, pero ahora ya estoy bien", afirmó el conductor suplente, quien añadió: "Podía haber sucedido algo brutal".

Y es que lo que en principio parecía que había sido una piedra ayer se descubrió cuando se realizó la limpieza del autocar que era un objeto de hierro cilíndrico macizo de unos cuatro centímetros de diámetro por otros cuatro de alto. "Creo que rondará el medio kilo", comentó Francisco Peiró. El impacto del artefacto hizo añicos una luna compuesta por dos hojas de cristal y una cámara de vacío entre ambas. "Por eso cuando hemos visto el objeto todavía nos hemos asustado más. En el momento, al no haber ocurrido nada, gracias a Dios, le quitas importancia a lo sucedido, pero al ver el artefacto te das cuenta de que podía haber sucedido una tragedia. Del impacto se rompió hasta una parte del respaldo del asiento del copiloto", explicó Peiró, quien sufrió un corte en la mano izquierda.



DE FORMA PREMEDITADA Los hinchas de Osasuna que provocaron el incidente actuaron con "premeditación y alevosía", afirmó Francisco Peiró, puesto que estaban esperando el paso de autocar del Real Zaragoza en un punto determinado de la autopista poco después de pasar por el área de Imarcoain en dirección a la capital aragonesa. Tampoco hay que descartar que su objetivo fuera el autobús del Ligallo Fondo Norte, con los que los Indar Gorri mantienen unas tensas relaciones, y que circulaba a escasos kilómetros del vehículo de la expedición zaragocista. "Entraron en la autopista saltando la valla de protección y desde el arcén nos lanzaron el objeto. Hasta allí debieron llegar en coche por un camino conocido para ellos. Son gentuza", relató el conductor.

Peiró es un profesional con mucha experiencia y que tuvo los reflejos suficientes para detener el autocar con cierta facilidad. "Si me da a mí el artefacto o a la persona que hubiera ido conduciendo podía haber pasado algo terrible. Por suerte, a pesar del fuerte estallido, aunque íbamos a cien kilómetros por hora y era ya noche cerrada, pude poner los intermitentes y frenar poco a poco para echarnos a la cuneta. El susto fue grande, pero, por suerte, todo pudo acabar bien. Cuando vimos que Pedro Matamala estaba bien todos nos tranquilizamos", afirmó Francisco Peiró, quien añadió: "Lo bueno es que podemos contarlo". Pero otra vez puede que no haya tanta suerte.

"Si el tubo me da en la cabeza no lo contamos" ( El Periódico de Aragón - 25/10/2011 )

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