JAVIER MERCADAL.
Tras siete partidos y cuatro penaltis pitados en contra, el área zaragocista se ha mostrado como una zona conflictiva en la que no existe la presunción de inocencia.
Seis puntos en siete partidos es el bagaje con el que el Real Zaragoza llega al tradicional parón de principios de octubre. Unos guarismos que le mantienen fuera de la zona de descenso, pero que no son suficientes como para calificar de esperanzadora la situación blanquilla. Es cierto que el conjunto crece partido a partido, que se han salvado exigentes escollos como el Málaga o el Villarreal y que, poco a poco, Javier Aguirre va encontrando el planteamiento que puede hacer sentirse más cómodo al equipo.
Pero lo cierto es que existe la sensación generalizada de que el cuadro aragonés podría sumar más puntos en su casillero. Unos números que le colocaran en una situación más tranquilizadora. En el ojo de este desasosiego una situación, el cuadro zaragozano ha recibido cuatro penaltis en contra. El que más de Primera División.
Acciones desafortunadas, errores infantiles o fallos arbitrales. Situaciones evitables la mayoría de ellas que suman peso a la losa que parece cargar el conjunto dirigido por Javier Aguirre.
Desafortunada constante
La racha comenzó en Vallecas, con una mano de Da Silva dentro del área que el colegiado no dudó en señalar. Roberto, proverbial como casi siempre que luce el león rampante sobre su pecho, comenzó a agrandar la leyenda de su retorno parándole el lanzamiento a Javi Fuego.
Durante el siguiente encuentro, en el Benito Villamarín, el conjunto zaragozano tuvo que lidiar hasta con dos penas máximas en contra. La primera, fruto de una desafortunada acción de Abraham, que arrolló a Pereira. El entrenador zaragocista achacó esta acción a la inexperencia del lateral izquierdo en Primera Divisón. “Seguro que la próxima vez no le pasa”, afirmó el técnico azteca.
El que si reincidió fue Da Silva, con otra mano prescindible. Mucho más discutible que la anterior, eso sí. El precedente parecía sentado y la presunción de inocencia en tela de juicio ante su condición de sospechoso habitual. El área zaragocista parece haberse convertido en un lugar a vigilar con especial cautela y así lo hizo ver el asistente de Mateu Lahoz. El resultado final, 4-3 para el Betis y una derrota cimentada desde los once metros.
El último, ante el Villarreal en una jugada que las cámaras de televisión no supieron aclarar. Presumiblemente, Del Cerro Grande señaló un derribo de Lanzaro a Musacchio, aunque no se atrevió a amonestar al central italiano, al que acabaría expulsando minutos más tarde. Rossi, no sin polémica, materializó la pena máxima. De hecho, aquel penalti, que fue pitado una vez, y sin mucha convicción, fue lanzado dos veces por el ariete italiano tras realizar una 'paradinha' ilegal en su primera intentona.
La matrícula parece tomada y la zaga zaragocista deberá andar con cuidado en sus próximos compromisos. No en vano, los aragoneses son, también, el segundo equipo que más faltas comete por partido. Una mala reputación que parece haberse extendido entre los trencillas de la Liga.
http://www.heraldo.es/noticias/deportes/sospechosos_habituales_159521_307.html
Tras siete partidos y cuatro penaltis pitados en contra, el área zaragocista se ha mostrado como una zona conflictiva en la que no existe la presunción de inocencia.
Seis puntos en siete partidos es el bagaje con el que el Real Zaragoza llega al tradicional parón de principios de octubre. Unos guarismos que le mantienen fuera de la zona de descenso, pero que no son suficientes como para calificar de esperanzadora la situación blanquilla. Es cierto que el conjunto crece partido a partido, que se han salvado exigentes escollos como el Málaga o el Villarreal y que, poco a poco, Javier Aguirre va encontrando el planteamiento que puede hacer sentirse más cómodo al equipo.
Pero lo cierto es que existe la sensación generalizada de que el cuadro aragonés podría sumar más puntos en su casillero. Unos números que le colocaran en una situación más tranquilizadora. En el ojo de este desasosiego una situación, el cuadro zaragozano ha recibido cuatro penaltis en contra. El que más de Primera División.
Acciones desafortunadas, errores infantiles o fallos arbitrales. Situaciones evitables la mayoría de ellas que suman peso a la losa que parece cargar el conjunto dirigido por Javier Aguirre.
Desafortunada constante
La racha comenzó en Vallecas, con una mano de Da Silva dentro del área que el colegiado no dudó en señalar. Roberto, proverbial como casi siempre que luce el león rampante sobre su pecho, comenzó a agrandar la leyenda de su retorno parándole el lanzamiento a Javi Fuego.
Durante el siguiente encuentro, en el Benito Villamarín, el conjunto zaragozano tuvo que lidiar hasta con dos penas máximas en contra. La primera, fruto de una desafortunada acción de Abraham, que arrolló a Pereira. El entrenador zaragocista achacó esta acción a la inexperencia del lateral izquierdo en Primera Divisón. “Seguro que la próxima vez no le pasa”, afirmó el técnico azteca.
El que si reincidió fue Da Silva, con otra mano prescindible. Mucho más discutible que la anterior, eso sí. El precedente parecía sentado y la presunción de inocencia en tela de juicio ante su condición de sospechoso habitual. El área zaragocista parece haberse convertido en un lugar a vigilar con especial cautela y así lo hizo ver el asistente de Mateu Lahoz. El resultado final, 4-3 para el Betis y una derrota cimentada desde los once metros.
El último, ante el Villarreal en una jugada que las cámaras de televisión no supieron aclarar. Presumiblemente, Del Cerro Grande señaló un derribo de Lanzaro a Musacchio, aunque no se atrevió a amonestar al central italiano, al que acabaría expulsando minutos más tarde. Rossi, no sin polémica, materializó la pena máxima. De hecho, aquel penalti, que fue pitado una vez, y sin mucha convicción, fue lanzado dos veces por el ariete italiano tras realizar una 'paradinha' ilegal en su primera intentona.
La matrícula parece tomada y la zaga zaragocista deberá andar con cuidado en sus próximos compromisos. No en vano, los aragoneses son, también, el segundo equipo que más faltas comete por partido. Una mala reputación que parece haberse extendido entre los trencillas de la Liga.
http://www.heraldo.es/noticias/deportes/sospechosos_habituales_159521_307.html
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