* Extraido de Diarios de fútbol.
Que si la popular y pegadiza tonadilla de un anuncio radiofónico de jabones, que si un pequeño querubín rubicundo de nombre Billy Murray que jugaba en la legendaria academia de Upton Park, que si la canción fue interpretada por primera vez en el descanso de un partido y el público se hizo rápidamente con ella, que si todo se hizo a imagen y semejanza de lo que ya hacían tiempo atrás los seguidores del Swansea en el viejo Vetch Field… Los historiadores no terminan de ponerse de acuerdo. En lo que todos parecen coincidir es en que sí, que la fábrica de jabones Pears Soap y sus ‘pomposos’ anuncios sirvieron de alguna manera de inspiración para lo que posteriormente, y cuando ya han pasado casi cien años desde su irrupción, acabaría convirtiéndose en el himno oficioso del West Ham United Football Club.
Que si la popular y pegadiza tonadilla de un anuncio radiofónico de jabones, que si un pequeño querubín rubicundo de nombre Billy Murray que jugaba en la legendaria academia de Upton Park, que si la canción fue interpretada por primera vez en el descanso de un partido y el público se hizo rápidamente con ella, que si todo se hizo a imagen y semejanza de lo que ya hacían tiempo atrás los seguidores del Swansea en el viejo Vetch Field… Los historiadores no terminan de ponerse de acuerdo. En lo que todos parecen coincidir es en que sí, que la fábrica de jabones Pears Soap y sus ‘pomposos’ anuncios sirvieron de alguna manera de inspiración para lo que posteriormente, y cuando ya han pasado casi cien años desde su irrupción, acabaría convirtiéndose en el himno oficioso del West Ham United Football Club.
En el fondo, poco nos importa el cuándo y el por qué. Tampoco interesa saber cuál es la conexión exacta entre las pompas de jabón y el club londinense. Nos basta con observar en lo que, casi un siglo más tarde, se ha convertido lo que empezó siendo una inocente cancioncilla con marcado carácter infantil en aquellos felices años 20. Un himno del que hasta los muy punk y muy hammers Cockney Rejects hicieron una particular versión. Cuarenta mil almas en claret & blue unidas en torno a una canción con una letra de máxima ingenuidad. Al que le parezca cosa menor que eche un vistazo al vídeo. Los martillos y el hierro y las delicadas pompas de jabón. Jamás dos elementos tan absolutamente distantes estuvieron tan unidos.
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