lunes, 7 de noviembre de 2011

NO HAY PAZ PARA LOS MALVADOS

EL ZARAGOZA NO SOLO JUEGA MAL sino que carece de plantilla para corregir. Agapito y Aguirre han hecho un equipo con 15 jugadores, la mayoría irrelevante.
Qué quieren que les cuente que no sepan ya. Pues eso, que no hay paz para los malvados, y entiéndase este adjetivo y sustantivo en toda su plenitud o como sinónimo de directivos, jugadores y cuerpo técnico. Al gusto. Este Real Zaragoza doliente, al que siempre distingo del otro, de aquél que jugaba con Europa en el horizonte más o menos próximo, no es producto de un big bang, sino fruto de una maquiavélica conjunción del interés y de la estupidez. De esa cópula nada bueno puede salir, como es obvio.

Después del espejismo de la victoria contra la Real Sociedad, donde la mayoría creímos ver un futuro menos tormentoso que en otras temporadas, la realidad, la cruda realidad, se ha vuelto a instalar sobre el equipo aragonés en las últimas cuatro jornadas. Posiblemente nunca desalojara el cuchitril donde vive en régimen de alquiler gracias a la Ley Concursal y otras falacias de vestidura legal y ropa interior a rayas.

Que el Atlético de Madrid y el Valencia ganaran no provocaron desgarros de vestiduras aunque sí incrementaron las dudas al comprobar la salida de tono táctico en ambos casos de Javier Aguirre, hombre de hierro conciliador que empezó a fundirse también en la salas de prensa, un escenario que dominaba como alumno aventajado del método Stanislavski. Se hizo humano el Vasco y apuntó a lo corto e inexperto de la plantilla e individualizó en Juan Carlos para mal y en Barrera para bien. Apuntó con el dedo, lo que es de peor gusto para alguien que se comporta con educación.

No le falta razón al entrenador mexicano, pero ha acudido a ella a destiempo, por lo que la ha extraviado. Entre esas verdades tardías, ha mantenido a Juárez en la titularidad contra viento y marea, una mentira que ayer no le perdonó La Romareda, que echó gasolina sobre los múltiples errores del lateral por enésimo encuentro hasta que su benefactor optó por relevarle y sacarle chamuscado de la hoguera crítica.

Aguirre dio por buena la plantilla que le diseñaron Agapito Iglesias y sus fondos de inversión e inmersión con expertos buceadores de clubs en quiebra económica. Añadió a Barrera y a Juárez a la baraja del presidente y ambos se pusieron a jugar al póker. Pero las cartas les viene mal dadas. Lo de Osasuna molestó mucho y lo del Sporting, pese a sumar un punto , ha aumentado la congoja de la afición, que no sabe a qué atenerse. A sufrir sí; para el ridículo no conoce vacuna alguna.

El Zaragoza tiene un problema grave en sus cimientos. Se ha percibido muchas veces porque su defensa es el flan de la Liga, dispone de un centro del campo incapaz de dibujar dos pases seguidos y arriba depende de Postiga y un Luis García cada vez más melancólico. Lo que pocas veces se ha repasado es que cuenta con un grupo de tan solo 15 jugadores, los once habituales más Micael, Lanzaro, Juan Carlos y Zuculini. Los tres primeros estuvieron en el once ante el Sporting y no aportaron nada. El resto es simbólico o mirado de reojo si tiene pasaporte de la cantera. Así, la posibilidad de regeneración o de corrección es casi nula. Sin contar con futuras sanciones o lesiones que mermarían aún más el número de efectivos.

Solo el Levante ha utilizado menos futbolistas frecuentes en once partidos, 14 en concreto. El sistema de prevención amenaza con saltar por los aires en cualquier momento. Detrás de la nada que ofrece el equipo hay otro vacío argumental y de recursos promocionado en primer lugar por un Agapito Iglesias ya incapaz de salir en defensa incluso del honor del club (tema Reyno de Navarra y autobús atentado) y en segundo por un técnico que ha consentido en configurar una farsa. Lo dicho, no hay paz para los malvados de este Real Zaragoza, aunque lo malo es que tampoco la tendrá una hinchada que excava por recuperar la noble institución que late herida de muerte bajo estas ruinas de interés y estupidez.

No hay paz para los malvados ( El Periódico de Aragón - 07/11/2011 )

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