Baño de masas antes del crucial choque ante Osasuna
Javier Clavero.
El Real Zaragoza ha aprovechado la festividad para realizar un entrenamiento de puertas abiertas.
Las peticiones de fotos y autógrafos, los cánticos de apoyo e incluso las pancartas establecían la comunión de la grada con unos jugadores conscientes de la trascendencia del encuentro del próximo domingo.
La ilusión de los niños
La fiesta escolar ha permitido que los niños hayan podido conocer de
cerca a sus ídolos, comprobando de paso cómo se ejecuta una sesión de
entrenamiento al máximo nivel."Quiero que Borja me firme la camiseta y decirle que marque un gol en el Sadar", decía ilusionado Pablo, un niño zaragozano de 10 años que acompaña a su padre a la Romareda desde que tiene uso de razón.
"El mejor es Ruiz de Galarreta y ojalá se quede más años en el Zaragoza", pedía Alberto, otro joven aficionado que recuerda que "otra vez ya estuve en un entrenamiento y casi todos los jugadores me firmaron un balón".
Javier no tiene dudas: "El domingo vamos a ganar 0-2 y Pedro va a marcar los dos goles".
Buen ambiente
Con la llegada de los menos madrugadores, la Romareda llegó a presentar un gran aspecto
en la única grada lateral abierta al público, especialmente en la zona
más cercana al lugar escogido por Popovic para dirigir la sesión.No faltaron los gritos de apoyo y algunas de las canciones del repertorio
zaragocista, correspondidas a veces con gestos cómplices del plantel. "Aúpa Zaragoza", "este año volvemos a primera" o "vamos campeón", algunas de las frases más entonadas.
También las pancartas hicieron acto de presencia. "Luchad con la misma rabia que lo hacemos desde la grada", se podía extraer de la de mayor tamaño.
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