Agapito y Alfonso Soláns intercambian acciones judiciales derivadas de la operación de compraventa del Zaragoza. El constructor soriano se queja de que no se han cumplido las condiciones del contrato firmado hace cuatro años. El ex presidente explica que no se le han pagado 5 de los 12 millones fijados en el documento por el que cedió la propiedad.
"Voy a judicializar el Zaragoza. Cuando entramos en el club había unas oficinas recalificadas, un estadio por construir y otros objetivos que no se han cumplido. Yo aboné una cantidad, había una deuda y unas expectativas que no se han cumplido". El presidente del Real Zaragoza, Agapito Iglesias, anunció a principios del pasado mes de octubre, en una rueda de prensa a tumba abierta, su intención de presentar una demanda al no cumplirse las expectativas planteadas en la operación de compraventa.
La semana pasada hizo efectivo aquel anuncio, al interponer el día 24 de noviembre una demanda contra Alfonso Soláns, el anterior presidente por lo que él considera incumplimiento del contrato.Pero la actuación de Agapito Iglesias llega unos días después de un gesto similar de Alfonso Soláns: los representantes jurídicos del ex presidente del Real Zaragoza han interpuesto acciones legales ante los juzgados de la plaza del Pilar por el incumplimiento del pago de las cantidades establecidas en el acuerdo de venta de la sociedad.
La intensa negociación llevada a cabo por los servicios jurídicos de ambas partes no dio resultado y con apenas dos semanas de diferencia -la denuncia de Solans se presenta a mediados de mes-, ex presidente y presidente se han cruzado sendas demandas que podrían tardar en resolverse un año en primera instancia y tal vez otro en el previsible caso de que se interpusiera recurso.
Tanto Agapito Iglesias como Alfonso Soláns quieren dejar claro que el proceso es una cuestión derivada de la operación de venta que no afecta en sí mismo a la propia entidad, al Real Zaragoza, sino al cambio de manos de la sociedad anónima.
Las claves de argumentación de Agapito Iglesias las dio a conocer en su comparecencia de hace casi dos meses. El empresario pensó que el esfuerzo económico de la compra del Real Zaragoza podría compensarse con una doble vertiente: las plusvalías generadas por la recalificación de la pastilla de las oficinas, que tenía previsto llevar a cabo el Ayuntamiento; y las posibilidades de negocio que ofrecía la construcción de un nuevo estadio.
Según consta en la demanda, el empresario soriano hizo frente a un desembolso de 29,5 millones de euros: 9,5 millones para otorgar un préstamo a favor del Zaragoza; 8 millones, al subrogarse un aval personal concedido por Soláns al Real Zaragoza; y finalmente, el precio por la adquisición de las acciones: 12 millones de euros, a través de la empresa Zaragoza Sport Arena XXI, S.L.Esa última parte se pagaría de forma fragmentada: 2 millones en un primer momento; 5 millones cuando se llevara a cabo la recalificación de las oficinas; y 5 millones más al cabo de cuatro años, con fecha de 26 de mayo de 2010.El actual propietario, sin embargo, no ha hecho frente a esa última cantidad. Que es lo que le demanda Alfonso Soláns. El ex presidente llegó a remitir un escrito -un burofax- instando a Agapito Iglesias al pago de esa última parte del contrato.
¿Cuáles son las razones de Agapito Iglesias? Entiende el presidente que no se ha cumplido una parte fundamental del acuerdo. Según él, no se llevó a cabo la recalificación de las oficinas, por lo que no tiene sentido hacerse cargo del pago de esos cinco millones de euros. Que él ya entregó a Soláns, por lo que exige la devolución.
De todas formas, el Ayuntamiento reconocía ayer que existe un acuerdo municipal por el que se aprueba la recalificación tanto de las oficinas del Real Zaragoza como de los 42.500 metros cuadrados del entorno cercano al campo de fútbol con el que estaba previsto financiar el nuevo estadio.
Las dos iniciativas, sin embargo, están paralizadas por decisión judicial.Pero no es sólo ésa la queja en la que se basa la demanda de Agapito Iglesias: asegura que cuando firmó el documento se le ocultó que existían una serie de deudas -que él denomina 'pasivos ocultos'- que mantenía el Zaragoza con futbolistas, empleados y otras entidades deportivas y que se elevan a los 2,461 millones de euros. Algo que sin embargo -se alega desde la otra parte- no se notificó al anterior propietario hasta pasados varios años, por lo que no tuvo posibilidad de afrontar esas cuestiones.Este primer cara a cara de Agapito Iglesias con Alfonso Soláns puede abrir la espita para llevar a cabo nuevas actuaciones judiciales.
Porque el presidente no descarta abrir el abanico de sus actuaciones a las instituciones. Su argumento principal es que las decisiones municipales -sobre todo en lo referente a la construcción del campo de fútbol- han minado de forma sustancial las posibilidades de desarrollo de la sociedad anónima deportiva.Y el Gobierno de Aragón tampoco es ajeno al malestar del empresario soriano: no se puede perder de vista que Agapito Iglesias llegó al Real Zaragoza protegido por el paraguas del Ejecutivo.
De hecho, fue el entorno más cercano a Marcelino Iglesias el que 'empujó' al constructor a tomar las riendas del Real Zaragoza. La garantía de su amparo, sin embargo, quedó en agua de borrajas cuando llegaron los malos tiempos.Las instituciones, de todas formas, se blindan: es difícil que pueda prosperar una iniciativa contra el Gobierno de Aragón, ya que las promesas difícilmente pueden ser demostradas. Y en la Corporación están convencidos de que han cumplido la parte correspondiente a sus acuerdos: "Si se plantea acciones contra el Ayuntamiento, las tiene perdidas".
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