Agapito insiste en que no piensa acudir a la Ley Concursal
PACO GIMÉNEZ.
El presidente del Real Zaragoza, que se reunió ayer con algunos de los accionistas de la SAD, trasladó su intención de evitar a toda costa la suspensión de pagos, pese a que la grave situación financiera "sugiera que es lo más fácil".
PACO GIMÉNEZ.
El presidente del Real Zaragoza, que se reunió ayer con algunos de los accionistas de la SAD, trasladó su intención de evitar a toda costa la suspensión de pagos, pese a que la grave situación financiera "sugiera que es lo más fácil".
Agapito Iglesias, el presidente y máximo accionista del Real Zaragoza, volvió a insistir ayer en que su intención sigue siendo la de evitar que la entidad se vea abocada a la Ley Concursal. Lo hizo en una reunión con aires de informalidad que, con apenas 24 horas de tiempo, él mismo había convocado con los accionistas de la SAD que poseen más de 320 títulos.
Un pequeño colectivo al que Agapito denominó el pasado mes de mayo "Consejo Consultivo" cuando los citó por primera vez en la Ciudad Deportiva para dar cuenta del hoy aún inacabado plan de viabilidad económica que también presentó en aquellas fechas a las cajas de ahorro y los medios de comunicación.
Respecto a la posibilidad de que el Real Zaragoza termine en un futuro no lejano en suspensión de pagos, el constructor de Navaleno repitió el mismo mensaje que ya emitió ante la prensa el pasado mes de octubre. Su intención es "evitarlo a toda costa", aunque la gravedad de la situación financiera de la entidad sugiera que "lo más fácil sería hacerlo".Agapito, que estuvo acompañado del Consejo de Administración -es decir, de Paco Checa y Javier Porquera- quiso rodearse durante un par de horas (el encuentro duró desde pasadas las 12.00 hasta las 14.30) de este reducido grupo de zaragocistas, entre tapa y aperitivo, para avanzarles algunos de los datos que se harán oficiales en la Junta General de Accionistas que tendrá lugar el próximo lunes, día 13.
Trece fueron precisamente los que acudieron a la cita del máximo mandatario blanquillo, algunos menos de los que respondieron a su llamada hace siete meses. "Hay mucho escepticismo y lo que transmite Agapito no tiene pies ni cabeza en muchos de los casos", comentaba uno de los presentes en la reunión de ayer.La sensación general entre quienes departieron con el empresario soriano en la sede del club es de desconcierto.
Realmente, Agapito no trató ningún asunto en profundidad, no quiso ahondar ni un milímetro en las cuestiones más calientes que afectan ahora mismo al Real Zaragoza y a su propia persona. Ni palabra del litigio con Soláns. Ni mención a las cuitas pendientes dentro del 'staff' del club, casos de Pedro Herrera o Antonio Prieto. Casi nada de las cuestiones deportivas, que alguno de los asistentes intentó introducir en el improvisado orden del día con escaso éxito.
Iglesias habló someramente de cifras, de datos económicos. Avanzó a los 'consejeros consultivos' que la temporada pasada cerró su balance con 31 millones de euros de déficit, 18 por el propio discurrir de los acontecimientos ordinarios y 13 que corresponden a la cantidad que hay que pagarle al Shakhtar Donestk por el fichaje de Matuzalem tras el proceso judicial del que, definitivamente, el Real Zaragoza ha salido malparado. Este concepto tan específico ha sido incluido en las cuentas de 2010 (por prudencia contable, se explicó) aunque, de facto, se trate de un dinero que se vaya a abonar con posterioridad a través de un procedimiento de pagos aplazados que, según advirtió Agapito, está muy cerca de acordarse en tiempo y forma con los dirigentes del equipo ucraniano.
El máximo accionista del Real Zaragoza recordó a los participantes en esta reunión que la voluntad del Shakhtar es la de favorecer los intereses zaragocistas para acometer ese pago de 13 millones, sabedores de la delicada situación que atraviesa el club aragonés. Algo similar a lo que ya hicieron con anterioridad el Milan, por la deuda que aún colea por el fichaje de Oliveira, y el Valencia, con el dinero que los levantinos aún deben recibir por las operaciones de Aimar y Arizmendi, aún inconclusas.
También dijo Agapito que la deuda global, esa que él cifró en su día en 110 millones de euros, ha quedado reducida sensiblemente a través de diversas renegociaciones de plazos y cantidades con infinidad de acreedores y que, a fecha de hoy, se ubica en los 107 millones. Eso sí, recalcó que este dato no va a salir reflejado hasta el balance del año que viene (2011) por cuestiones contables.
En este ámbito y sin especificar cantidad alguna, el presidente zaragocista también comentó que, en los últimos meses, se ha conseguido transformar un importante monto de deuda a corto plazo en un paquete de pagos que se podrán acometer en abonos diferidos a más largo tiempo, gracias a la buena voluntad de determinados proveedores y entidades.Del presupuesto real previsto para la temporada en curso, el presidente Iglesias no dio una cifra concreta.
Una nueva llamada de auxilio
Agapito dejó en el ambiente su tradicional talante calmado pese a tanta adversidad. "Se le dijo que el futuro de la Sociedad Anónima parece inviable, pero él siempre responde como si tuviera todo controlado y no pasase nada", advirtió otro de los asistentes ayer a la reunión de accionistas.
Iglesias, en este 'petit comité' compuesto por trece zaragocistas, volvió a solicitar unión para intentar salir del atolladero en el que se halla el Real Zaragoza, algo para lo que, recordó, "es condición indispensable no descender a Segunda División en mayo".
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