PACO GIMÉNEZ.
Dirigentes y técnicos dicen confiar en la continuidad del bloque que capitaneó la salvación en la segunda vuelta el año pasado. Realmente, el equipo que Gay utilizó como base en los últimos meses de resurrección ha quedado disuelto en un 50 por ciento.
"Estamos tranquilos porque vamos a partir de la base del equipo que tan magnífica segunda vuelta hizo el año pasado". La frase la ha dicho este verano varias veces José Aurelio Gay, el entrenador del Real Zaragoza. Como una letanía, con leves modificaciones morfológicas, también se le ha escuchado a Antonio Prieto, el director deportivo, en sus breves apariciones. Agapito Iglesias, presidente y máximo accionista, también la lleva en su repertorio (de la inclusión de esta máxima en el discurso de Pedro Herrera poco se sabe, ya que solo habla para Portugal).
Pero el devenir de los acontecimientos dentro de los despachos zaragocistas a lo largo de las últimas semanas está dejando la teoría con los cimientos al aire. De hecho, de los 14 jugadores que más utilizó Gay en la remontada de la salvación como huesos principales del esqueleto de aquel remozado equipo, siete se han marchado. Es decir, solo queda la mitad.
Desde que el equipo volvió a la vida en Tenerife a mitad de enero, coincidiendo exactamente con el inicio de la ya famosa e histó- rica segunda vuelta de la Liga 2009-10, los números y los datos nominales no engañan. Durante las últimas 19 jornadas del torneo, el equipo base (del que se habla genéricamente desde dentro del club) lo conformaron Roberto en la portería; Pulido y/o Diogo en el lateral derecho (ambos jugaron exactamente lo mismo); Contini y Jarosik como centrales; Ponzio como lateral izquierdo; Gabi y Edmilson como mediocentros, con Abel Aguilar como primer remiendo -el auténtico jugador número 12-, no solo en los pivotes sino también en la media punta; Arizmendi y Eliseu en las bandas; Ander Herrera como enganche; y Suazo y Colunga en punta (la mayor parte de las veces, uno solo como titular, pero también ambos a la vez en determinados momentos).
Observar las inclusiones de estos hombres en el equipo de Gay en los últimos tres meses y medio de competición (cifra azul que acompaña su nombre en el campo adjunto) no deja lugar a duda de cuál era el tan nombrado 'equipo base' de la segunda vuelta posición por posición, incluidos los recursos más utilizados por el técnico ante las ausencias forzosas y las necesidades tácticas del juego en cada choque.
Estamos, una vez más, ante un asunto que se presta al debate. Un nuevo ejemplo del manido referente de quién ve la botella medio llena o quién la observa medio vacía. Tan legítimo es pensar que, en efecto, la base de ese equipo salvador de la segunda vuelta sigue activa (Contini, Jarosik, Ponzio, Diogo, Gabi, Edmilson y Ander Herrera son piezas fundamentales en el Real Zaragoza que viene), como considerar que la base ha saltado por los aires con la desaparición de la plantilla de Roberto Jiménez, el Chupete Suazo, Colunga (en el club se da prácticamente como imposible su negociado fichaje en propiedad), Arizmendi, Eliseu e, incluso, los comodines Abel Aguilar y Pulido.
La vanguardia ha desaparecido
En cualquier caso, lo que resulta indiscutible es que el Zaragoza de la salvación se ha desmembrado en la parte de arriba, en las posiciones más cercanas al área rival. Los tres mejores anotadores del curso pasado (en un año lamentable de cara al gol) se han volatilizado. Colunga, con 7 dianas, fue el mejor anotador al final, pese a ser el que menos minutos jugó de todos los puntas. Suazo, con 6 goles, le siguió en aciertos (ambos se erigieron en artilleros del equipo pese a estar en el Zaragoza solo cuatro meses). Y el tercer mejor referente ante las porterías rivales fue Arizmendi, con 5 tantos. Este trío ya no volverá a chutar a gol con la camiseta blanquilla nunca más.
Arizmendi, junto con el también volatilizado Eliseu, conformaron la mayor parte del tiempo el apoyo logístico exterior de la vanguardia, ocupando las dos bandas sin excesiva competencia por culpa, sobre todo, de la lesión que dejó K.O. a Lafita durante varios meses y del hundimiento del rendimiento del inglés Pennant. Sin Arizmendi ni Eliseu, Gay tampoco tendrá 'la base' de la rememorada y referencial segunda vuelta del año último.
De la parte más avanzada de la pizarra, solo Ander Herrera sigue por ahora en el grupo. El resto de puestos deberán ser cubiertos, bien por gente recuperada para la causa tras su negro año -por lesiones o por otros motivos de negativo efecto-, casos de Lafita, Uche, Jorge López o el propio Pennant (si se queda y no es traspasado) o por nuevos fichajes (solo Marco Pérez ha llegado hasta hoy para reforzar la zona de los goles).
La continuidad real, solo atrás
El dibujo de Gay en la pizarra táctica solo presenta, pues, continuidad en los puestos más retrasados del equipo. La defensa y los dos pivotes son los únicos que responden a lo que se entiende como 'base' de la segunda mitad del campeonato pasado.
Ahí, no obstante, se echa en falta una pieza clave del éxito pretérito, quizá la pieza más importante para que el Zaragoza siga compitiendo dentro de un mes en Primera División: el portero Roberto Jiménez. Su indeseada marcha al Benfica portugués, cuando el club aragonés y el guardameta venían manifestándo públicamente durante muchos días su interés común en pactar y firmar su continuidad en el Zaragoza mediante un acuerdo -el que fuese- con el Atlético de Madrid, supuso un golpe bajo a los planes de Gay y todos los ejecutivos deportivos de la SAD.
No obstante si de algo pueden presumir hoy Agapito, Herrera y Prieto es de que en la línea defensiva, con Contini, es donde han logrado cuajar la única continuidad entre los cedidos de enero.
http://www.heraldo.es/noticias/deportes/la_relatividad_base.html
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