TÍTULO ORIGINAL
The Shining
AÑO
1980
DURACIÓN
146 min.
PAÍS
Reino Unido
DIRECTOR
Stanley Kubrick
GUIÓN
Stanley Kubrick & Diane Johnson (Novela: Stephen King)
MÚSICA
Varios
FOTOGRAFÍA
John Alcott
REPARTO
Jack Nicholson, Shelley Duvall, Danny Lloyd, Scatman Crothers, Barry Nelson, Philip Stone, Joe Turkel, Lia Beldman, Billie Gibson, Barry Denne, David Baxt, Manning Redwood, Kisa Burns, Louise Burns, Alison Coleridge, Norman Gay
PRODUCTORA
Warner Bros. Pictures / Hawk Films / Peregrine
GÉNERO
Terror Drama psicológico. Película de culto. Fantasmas
SINOPSIS
Jack Torrance se traslada, junto a su mujer y a su hijo de 7 años, al impresionante hotel Overlook, en Colorado, para encargarse del mantenimiento de las instalaciones durante la temporada invernal, época en la que permanece cerrado y aislado por la nieve. Su objetivo es encontrar paz y sosiego para escribir una novela. Sin embargo, poco después de su llegada al hotel, al mismo tiempo que Jack empieza a padecer inquietantes trastornos de personalidad, comienzan a producirse extraños y espeluznantes fenómenos paranormales.
CRÍTICAS
Kubrick se propuso rodar la esquizofrenia, y a fe que lo logró. El relato de Stephen King fue trasladado a la pantalla con una narración inquietante y, por momentos, angustiosa. El poder de la imagen del maestro neoyorquino consiguió, además de una atmósfera opresiva, algunas de las escenas más impactantes del cine de terror de las últimas décadas. El mérito es aún mayor cuando, a diferencia de lo habitual en el género, el director no se refugia en la oscuridad para provocar miedo o tensión. Como muestra: pocas veces en la historia del cine una simple escena como un niño montado en un triciclo, paseando por los pasillos de un hotel, provocó un suspense tan extraño, tan inquietante, tan sobrecogedor.
Kubrick se propuso rodar la esquizofrenia, y a fe que lo logró. El relato de Stephen King fue trasladado a la pantalla con una narración inquietante y, por momentos, angustiosa. El poder de la imagen del maestro neoyorquino consiguió, además de una atmósfera opresiva, algunas de las escenas más impactantes del cine de terror de las últimas décadas. El mérito es aún mayor cuando, a diferencia de lo habitual en el género, el director no se refugia en la oscuridad para provocar miedo o tensión. Como muestra: pocas veces en la historia del cine una simple escena como un niño montado en un triciclo, paseando por los pasillos de un hotel, provocó un suspense tan extraño, tan inquietante, tan sobrecogedor.
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