lunes, 17 de enero de 2011

HISTORIAS DONOSTIARRAS PARA NO DORMIR


"Son éstos…"
por mikel recalde

Cuento la historia sólo porque le podía haber ocurrido a cualquier aficionado realista. El lunes llegué a Zaragoza acompañado por mi cuñado Aitor a las 17.30 horas, dos horas y media antes de empezar el partido. Mientras nos dirigíamos a La Romareda vimos a unos hinchas realistas corriendo, como si estuvieran huyendo de algo o de alguien. Una vez aparcado el coche, en los aledaños del estadio donde no había ni un alma, vimos a lo lejos unas luces de coches de Policía. Nos acercamos a curiosear y nos encontramos con una veintena de seguidores realistas contra la pared siendo identificados y cacheados. Me llamó la atención que apenas portaban prendas txuri-urdin.
Como habíamos quedado con dos compañeros de Mundo Deportivo, regresamos a la entrada del campo y, mientras esperábamos, a lo lejos, apareció un grupo de gente. Estábamos tan tranquilos y relajados que no nos dimos cuenta, hasta que casi los teníamos encima, de que eran unos radicales del Zaragoza con no muy buenas intenciones. Empezamos a andar hacia donde estaba la Policía Nacional para evitar líos mientras escuchábamos seseos para que nos diéramos la vuelta. Cuando llegaron nuestros amigos, les comenté que el tema estaba peligroso y que era mejor que nos metiéramos en un centro comercial que se encuentra enfrente de La Romareda para tomar algo. Cuando entrábamos al mismo, de reojo, vi a la quincena de angelitos que nos seguían. Se metieron en la misma cafetería que nosotros y no dejaron de mirarnos de manera retadora a sólo cinco metros de distancia. A decir verdad estaba acojonao, con las piernas medio temblando. He estado en muchos campos y he visto a muchos ultras pegar palizas sin motivo aparente a personas que se encontraban en el sitio y en el momento equivocados. Ésa misma era nuestra situación. Gracias a Dios ninguno se animó a dar el paso de pegarnos, lo que hubiera resultado fatal.
A los 20 minutos, tras pasar por segunda vez una apreciada más que nunca patrulla de la Policía Nacional, se fueron. Probablemente en busca de otros aficionados vascos. Que conste que nosotros íbamos a trabajar y no llevábamos ninguna enseña txuri-urdin.
Cuando salimos para ir al campo, ya con mucha más gente y la Policía cerca, nos volvimos a cruzar con el más malo de la cuadrilla que nos hicimos y al pasar a su lado, espetó con claridad: "Son éstos…". Nos empezaron a seguir, con tan mala suerte, supongo, para sus intereses que llegamos a la puerta donde se recogían las acreditaciones. No tengo ningún problema en reconocer que me cagué de miedo. Sé que otros aficionados realistas tuvieron peor suerte y se llevaron, aparte del susto, algún puñetazo. A la hora de buscar una explicación mínimamente lógica a los motivos de esta caza indiscriminada de vascos que tuvo lugar en las horas previas al partido, no podemos más que agradecer al grupo de impresentables seguidores realistas que fueron a Eibar hace dos años a pegar a los maños que habían viajado para apoyar a su equipo.
Tampoco me olvido, por supuesto, de los ocho magníficos que firmaron el manifiesto para el acercamiento de los presos a las cárceles vascas. No me meto en política ni en sus convicciones, pero no estoy de acuerdo con los que dicen que cada uno es libre de hacer lo que quiera. Mientras jueguen en la Real, están obligados a seguir unas normas que, sobre todo, eviten poner en un lugar inadecuado al club y su gente. Por este mismo motivo también critiqué a Ubarrechena por viajar a Noruega con el Athletic, algo que podrá hacer a título personal pero nunca si ocupa un cargo en la entidad realista. Nadie en España habla de sus nombres, sólo de los ocho jugadores de la Real. ¿Por qué ninguno del Athletic ha firmado? ¿Por qué no hicieron nada cuando secuestraron a un socio txuri-urdin? Lo único que les pido es que la próxima vez sacrifiquen sus ideas para no hacer nada que pueda perjudicar y poner en peligro a sus aficionados. Que sepan que con su firma en ese manifiesto nos han expuesto a todos.

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