lunes, 27 de junio de 2011

RIVER A SEGUNDA



Numerosos heridos en los incidentes con hinchas de River Plate en el estadio
Al menos 72 personas, varias de ellas policías, sufrieron este domingo heridas en los altercados generados por enfurecidos hinchas de River Plate en Buenos Aires por el descenso de su club a la segunda división del fútbol argentino, informó la Policía Federal.

"Según las informaciones que tenemos, hay dos efectivos en grave estado, con sendos traumatismos de cráneo por impacto de proyectiles", precisó un portavoz policial a la agencia estatal Télam.

Otras 50 personas fueron detenidas por provocar disturbios, mientras que la fiscalía dispuso la clausura temporaria del estadio Monumental.

Los incidentes comenzaron un minuto antes de la finalización del partido, cuando los hinchas arrojaron objetos al campo de juego enfurecidos por el empate por 1-1 con Belgrano de Córdoba que decretó el descenso de River a la Primera B Nacional por primera vez en sus 110 años de historia.

Los desmanes continuaron luego dentro del club y en sus alrededores. Los hinchas rompieron vidrios del estadio, que aloja una escuela, un instituto terciario y amplias instalaciones deportivas, derribaron vallas y destruyeron todo lo que encontraron a su paso, pese al estricto operativo de seguridad dispuesto con unos 2.000 hombres.

Los hinchas descontrolados destruyeron móviles de televisión y lograron derribar las vallas e ingresar al hall central del club, donde destrozaron las instalaciones. También incendiaron vehículos en el aparcamiento del lugar.

El estadio, campo de batalla
River Plate, el club de fútbol más importante del país en lo que respecta a servicios y dimensiones, quedó convertido en un escenario de guerra, con los pisos regados de sangre, vidrios rotos, piedras, escombros y caños arrancados de las vallas metálicas. Varios portones de la entidad quedaron destrozados.

La furia de los fanáticos convirtió en tanto los alrededores del Monumental en el barrio porteño de Núñez en un campo de batalla, donde causaron destrozos en comercios, entre ellos una concesionaria de autos, y se enfrentaron a piedrazos con las fuerzas de seguridad.

La violencia obligó a intervenir a la Infantería a Caballo de la policía y a carros de agua para reprimir a los manifestantes.

Otros miles de hinchas más pacíficos tuvieron que permanecer en las tribunas hasta que se tranquilizara la situación. Los seguidores de Belgrano de Córdoba tuvieron que esperar tres horas dentro del estadio para poder salir y festejar en paz.

Una vez calmada la situación, comenzaron a salir los jugadores de River, dominados por la tristeza y el desconsuelo, bajo una estricta custodia policial.

El arquero Juan Pablo Carrizo y el delantero Mariano Pavone dejaron los vestuarios escoltados cada uno por seis agentes, mientras que el histórico referente riverplatense Matías Almeyda salió escondido en el asiento de atrás de un auto.
http://www.elmundo.es/america/2011/06/26/deportes/1309125486.html

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