Discrepancias en el Consejo
CRISIS EN EL REAL ZARAGOZA
Varios miembros del Consejo de Administración del Real Zaragoza, entre los que se encuentra el vicepresidente Manuel Teruel, han mostrado en las últimas horas su preocupación por el curso de los acontecimientos en el seno de la sociedad blanquilla. Los consejeros reconocen sus discrepancias con aspectos fundamentales de la gestión del conjunto aragonés y, al mismo tiempo, explican que abren un periodo de reflexión para ver cómo evolucionan las cosas. Hasta tal punto que, en el caso de que no se logre un modelo deportivo ordenado y la recuperación del matrimonio con la afición -malherido después del partido del sábado con el Athletic-, no descartan su salida del club.
El gesto adquiere un notable calado, ya que hasta ahora el Consejo -formado por un grupo de notables profesionales y reconocidos zaragocistas- no había llevado a cabo apenas iniciativas dentro del club. Sí es verdad que algunos de los consejeros han trabajado en favor de la entidad, pero, en la mayor parte de las ocasiones, por su cuenta y sin un criterio conjunto y ordenado.
En los últimos meses, el Consejo había logrado un mayor papel en el Real Zaragoza. Sobre todo, tras concretarse una reunión mensual de los consejeros para abordar las cuestiones de actualidad y mostrar sus puntos de vista sobre las cuestiones pendientes.
En la actualidad, el Consejo de Administración está formado por siete miembros. Está presidido por Eduardo Bandrés; Manuel Teruel es vicepresidente; Agapito Iglesias es consejero delegado; y son vocales José Luis Melero, Agustín Ubieto y José María Serrano; Fernando Zamora es el secretario.
De la foto de familia inicial del Consejo tras la compra de la entidad por parte de Agapito Iglesias y la constitución del primer Consejo -la que ilustra la página- han desaparecido el fallecido José Antonio López de la Fuente y el empresario Juan Fabre, que dimitió y abandonó el Consejo este verano.
En ese momento de reflexión que se plantean los consejeros quieren comprobar cómo se restaña la situación deportiva y confían una recuperación con éxito de la situación.
Antes de adoptar una decisión sobre su posible desvinculación con el Real Zaragoza, este grupo de miembros del Consejo quiere ver cómo se resuelve la crisis en la entidad y quieren mantener un encuentro con el presidente, Eduardo Bandrés, para exponerle sus inquietudes y solicitar un cambio en algunas de las cuestiones fundamentales de la dirección de la entidad.
Plantean, asimismo, que se ofrezca un espacio al máximo accionista, Agapito Iglesias, para que adopte las decisiones que considere oportunas para enderezar la nave zaragocista y guiarla hacia una situación de mayor estabilidad.
En la preocupación de los consejeros se entremezcla la difícil y delicada situación deportiva -con el equipo en puestos de descenso- y la grave escisión social que quedó reflejada el sábado en el estadio de La Romareda.
Ha calado muy hondo el estallido de La Romareda contra el palco apenas unas horas antes de la destitución del técnico Marcelino García Toral. La quiebra en el zaragocismo, entre los gestores y el alma del equipo, la afición, ha generado una enorme preocupación. Todavía no se sabe valorar a ciencia cierta el impacto que puede tener una ruptura que ha tenido como detonante la destitución del técnico, responsable fundamental del ascenso a Primera.
EXTRAIDO DE http://www.heraldo.es
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