martes, 15 de junio de 2010

ES LA HORA DE ESPAÑA

En Durban, donde mañana jugará la selección española su primer partido, 500 miembros de seguridad privada del estadio realizaron una violenta protesta, que acabó con una lluvia de botellas y piedras contra la oficina de la compañía de seguridad, por las promesas incumplidas. "No somos esclavos. Se nos prometió 1500 rands y ahora nos pagan 190. Es un insulto'', explicaba un trabajador del estadio en el periódico The Times Live. “Yo he trabajado desde las 06:30 horas del domingo hasta las 01:30 horas de ayer”, decía otro. La Policía tuvo que personarse en la zona y, tras una trifulca que acabó con heridos, se ha decidido que se haga, por ahora, con el control del estadio.

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