El Real Zaragoza afronta una semana decisiva para su futuro más inmediato con un guiño del calendario, que ha querido que se disputen tres partidos seguidos en La Romareda.
Tras la satisfactoria prueba del 'catenaccio' ideado por José Aurelio Gay contra el todopoderoso Barcelona, la primera victoria oficial de la temporada en el rebautizado Benito Villamarín y las buenas sensaciones que el equipo dejó en Mestalla, el Real Zaragoza afronta una semana decisiva para su futuro más inmediato con un pequeño guiño del calendario, que parece resistirse a desterrar a los aragoneses cuando solo han transcurrido nueve jornadas de competición.
En solo una semana, este Zaragoza moralmente resucitado jugará tres partidos consecutivos en La Romareda -dos de Liga, contra el Mallorca y el Sevilla, y uno de Copa del Rey, ante el Betis- en los que debe demostrar que la nueva cara mostrada por el equipo en los últimos encuentros no ha sido producto de una simple capa de maquillaje.
En el mejor de los casos, el conjunto de Gay llegaría al ecuador del mes de noviembre con diez puntos en el casillero, una cifra con la que podría salir de los puestos de descenso o, por lo menos, no quedar descolgado de la lucha por la permanencia. Además, no perder contra el Betis -el Zaragoza ganó 0-1 en Sevilla- supondría la clasificación del equipo aragonés para la siguiente ronda de la Copa del Rey, octavos de final.
La peor de las hipótesis, que podría llegar a enterrar al colista bajo el césped de su propio campo, está vetada en el entorno de un vestuario que dice creer firmemente en la recuperación del equipo. Pero la afición necesita resultados para creer en algo que hasta ahora han sido poco más que sensaciones.
La victoria lograda el miércoles pasado en el Benito Villamarín sería poco menos que inútil si no se consigue el pase a la siguiente ronda ante un Betis más centrado en su retorno a la elite que en la burocracia copera. En el partido de ida, Pepe Mel ya alineó un equipo plagado de suplentes, y todo parece indicar que la semana que viene volverá a reservar a varios de sus jugadores más importantes.
En cuanto a la Liga, el valioso punto conseguido en Mestalla, un campo complicado en el que incluso se pudo lograr algo más, de poco valdría si no se consiguen dos buenos resultados ante el Mallorca y el Sevilla. El Zaragoza se jugará su primer 'match point' el próximo domingo (17.00) contra el equipo de Laudrup, rival ante el que está obligado a inaugurar su casillero de victorias. Y es que, tras el triunfo del Depor en la última jornada, el conjunto aragonés se ha convertido el único de toda la Liga que todavía no ha ganado ni un solo partido de los nueve disputados.
La última de esta tanda de visitas al estadio maño será la del Sevilla, un equipo que se debate entre la irregularidad -invicto en su campo, ha perdido en sus tres últimos desplazamientos- y el 'efecto Manzano'. El Zaragoza, que quiere desterrar para siempre su imagen de perfecto anfitrión, sabe que su rearme pasa por La Romareda.
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