Primera convocatoria, primer viaje, primera velada de armas y primera manifestación del Javier Aguirre más genuino. El técnico analizó el duelo ante el Getafe, su estreno en el banquillo del Real Zaragoza, y lo hizo destilando esas notas que lo han definido en las últimas temporadas: bromista, expresivo, cercano, ameno, cordial, convincente y locuaz como buen mexicano. Aguirre agarró el micrófono y, de primeras, descifró el estado de la plantilla con una intención rotundamente estimuladora: "Veo a los jugadores motivados y comprometidos. Como además tienen una calidad innegable, solo es cuestión de que entre la pelotita". ¿Y qué Zaragoza pretende descubrir Aguirre en Getafe? El azteca aproxima la respuesta: "Más allá del resultado, deseo ver un equipo peleón, comprometido, que sepa qué hacer con la pelota y que se juegue la vida con el balón".
La carrera de Aguirre la definen equipos bien hilados sobre la cultura de lo colectivo. Aquel Osasuna que se metió en la Liga de Campeones sirve de paradigma, por sus limitaciones originales y por el brillante nivel al que rindió. Aguirre quiere un equipo, así lo inculca en los entrenamientos y así lo subrayó: "Aparte del sistema y de los números, pido a los jugadores compromiso conmigo y con los compañeros. El compromiso con el equipo no es dar patadas y pegar cuatro gritos, sino querer la pelota cuando hay que quererla, ayudar al compañero, ser solidario y poner la individualidad al servicio del grupo".
De las primeras tareas que se encomendó Aguirre al desembarcar en el Real Zaragoza, fue hablar con Aurelio Gay, el técnico destituido. Agapito le ofreció la oportunidad y el mexicano no dudó, agradeciendo esa predisposición de Gay. Aguirre tomó caldo de cultivo sobre el que construir sus conclusiones y estas son algunas, todas con un significado de sincero reconocimiento y honrado elogio: "Este equipo ya está bien entrenado, bien trabajado físicamente. Lo único, es que no hubo relación entre lo que mereció por los entrenamientos y los partidos, y los puntos que tiene".
Aguirre explicó algunas de sus prioridades de estos primeros días al frente del equipo: "En este tiempo, no se puede hacer mucho, salvo tener una buena comunicación con la plantilla, incidir en que están en una gran institución y en un momento delicado del que hay que salir cuanto antes, ganando el primer partido al Getafe".
Del rival, Aguirre reconoció su estado decreciente: "Es un equipo que está en mal momento, pero que tiene 13 puntos y se halla tranquilo. Su entrenador recupera jugadores que estaban lesionados y el partido tendrá tensión, porque es muy importante tanto para ellos como para nosotros".
También le dio tiempo a Aguirre de hablar del acierto: "El gol es lo más difícil del fútbol, pero no es responsabilidad única de los delanteros igual que defender no lo es de los defensas". Y también, de todos los ingredientes necesarios para la victoria: "Buen espíritu, buena actitud, algo difícilmente reprochable a este equipo, máxima concentración, correr , luchar, pelear y calidad".
Todo eso exige Aguirre. Todo eso exige la reacción.
La carrera de Aguirre la definen equipos bien hilados sobre la cultura de lo colectivo. Aquel Osasuna que se metió en la Liga de Campeones sirve de paradigma, por sus limitaciones originales y por el brillante nivel al que rindió. Aguirre quiere un equipo, así lo inculca en los entrenamientos y así lo subrayó: "Aparte del sistema y de los números, pido a los jugadores compromiso conmigo y con los compañeros. El compromiso con el equipo no es dar patadas y pegar cuatro gritos, sino querer la pelota cuando hay que quererla, ayudar al compañero, ser solidario y poner la individualidad al servicio del grupo".
De las primeras tareas que se encomendó Aguirre al desembarcar en el Real Zaragoza, fue hablar con Aurelio Gay, el técnico destituido. Agapito le ofreció la oportunidad y el mexicano no dudó, agradeciendo esa predisposición de Gay. Aguirre tomó caldo de cultivo sobre el que construir sus conclusiones y estas son algunas, todas con un significado de sincero reconocimiento y honrado elogio: "Este equipo ya está bien entrenado, bien trabajado físicamente. Lo único, es que no hubo relación entre lo que mereció por los entrenamientos y los partidos, y los puntos que tiene".
Aguirre explicó algunas de sus prioridades de estos primeros días al frente del equipo: "En este tiempo, no se puede hacer mucho, salvo tener una buena comunicación con la plantilla, incidir en que están en una gran institución y en un momento delicado del que hay que salir cuanto antes, ganando el primer partido al Getafe".
Del rival, Aguirre reconoció su estado decreciente: "Es un equipo que está en mal momento, pero que tiene 13 puntos y se halla tranquilo. Su entrenador recupera jugadores que estaban lesionados y el partido tendrá tensión, porque es muy importante tanto para ellos como para nosotros".
También le dio tiempo a Aguirre de hablar del acierto: "El gol es lo más difícil del fútbol, pero no es responsabilidad única de los delanteros igual que defender no lo es de los defensas". Y también, de todos los ingredientes necesarios para la victoria: "Buen espíritu, buena actitud, algo difícilmente reprochable a este equipo, máxima concentración, correr , luchar, pelear y calidad".
Todo eso exige Aguirre. Todo eso exige la reacción.
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