jueves, 18 de noviembre de 2010

LA ÚLTIMA MENTIRA DE AGAPITO

El presidente dijo el pasado domingo que Gay estaría ante el Getafe, ayer lo echó a última hora y de malas maneras El soriano, que actúa a su antojo y sin consultar, da otra patada a la imagen del Real Zaragoza.
18/11/2010 IGNACIO MARTÍN

Agapito Iglesias está solo, decide solo y parece determinado a terminar con cualquier vestigio de vida en el Real Zaragoza. El presidente perdió hace semanas la confianza en todas las personas que lo rodean dentro del club, como ya demostró en su última comparecencia ante los medios de información, cuando pidió claridad dentro y fuera, exigió las verdades que nunca cuenta y amenazó con despedir al primer chivato que le nombraran. Ahora se ha embarcado en una guerra en solitario en la que no consulta a nadie, no se deja asesorar por las personas que pudo a su lado --a las cuatro que le quedan--, arbitra el futuro del club a su antojo y mantiene el agresivo proceso de destrucción que empezó hace cuatro años.
Ayer, de buenas a primeras, Agapito decidió cargarse a Gay y contratar al séptimo entrenador que ha dirigido al Zaragoza desde que un mal día el empresario soriano decidió comprar las acciones del club aragonés. Comenzó con Víctor Fernández y un proyecto pintado en color de campeón, pero el idilio con el técnico aragonés y con el fútbol le duró apenas temporada y media. Otro mal día decidió meter mano en el vestuario, hacerse amiguete de los jugadores y empezar a despedir técnicos. El equipo, pensado para jugar la Liga de Campeones, se hundió en el lodo y en las trampas que el dueño iba tendiendo hasta acabar en Segunda División.
El soriano prometió entonces que no vendería a los mejores jugadores, que seguía con la cartera bien llena y que volvería a levantar un Zaragoza grandioso. Mentira. Vendió a todos los buenos, a los mejores. Y el club se quedó sin su principal patrimonio, los jugadores. Los buenos futbolistas, se entiende, a los que se puede vender por 10, 20 o 30 millones de euros. De esos ya no queda ninguno. Claro que tampoco le queda dinero. Hace días que decenas de empresas le acorralan en busca de pagos que nunca llegan. Ya se sabe, pagaré tras pagaré. Otra mentira. Vendió todo lo que pudo, pero desde que se empezó a tambalear no ha dejado de dar tumbos, dentro y fuera.
Pero no le bastó con eso. Fue descapitalizando todo lo que caía en sus manos, devastando la imagen de un club histórico que ahora es histérico, de una entidad que ahora es un cadáver en manos de su presidente. El señor Real Zaragoza es ahora un club nocivo para muchos. Muchos lo rehuyen, otros tantos más no quieren ni verlo.
Aunque sus decisiones prácticamente ya no sorprenden, la última de Agapito ha sido de órdago. El domingo, tras el partido ante el Sevilla, manifestó que Gay no estaba en duda y que seguiría siendo el entrenador del Zaragoza el próximo lunes en Getafe. Mentira otra vez. Ayer llegó a un acuerdo con Javier Aguirre y provocó otra jornada incendiaria en el club aragonés. Mientras Agapito ya había firmado al mexicano, avanzada la tarde Gay explicaba cómo iba a jugar el equipo en Getafe, Nayim hablaba de las charlas con los jugadores y en la secretaría técnica no se tenía ni la más mínima noción de la realidad. Agapito es la realidad, la triste realidad. Él y su inagotable proceso de destrucción. Falta por saber lo que le ha prometido a Aguirre, las mentiras que le deben sostener a partir de ahora.

La última mentira de Agapito ( El Periódico de Aragón - 18/11/2010 )

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