Del día de ayer se pueden extrapolar dos hechos bastante lamentables.
En primer lugar, por supuesto el juego de nuestro equipo que la verdad no da para más, ya que como dicen en mi pueblo "Donde no hay mata, no hay patata", refrán que ilustra a la perfección la realidad zaragocista.
En segundo lugar, la deriva a la que poco a poco está cayendo la juventud española en general y ultra zaragocista en particular.
Desde este blog estamos intentando luchar contra el borreguismo cultural y rescatar los viejos valores que tan grandes han hecho a nuestro país. Este blog es casi una obra de evangelización ante el avance de una cultura light, de plástico...eso si siempre políticamente correcta y sin que nadie se pueda ofender por nada.
Esas americanadas del estilo de "scream" o mierdas románticas deben ser cambiadas por Clint Eastwood, Kubrick o Tarantino, esa música amariconada de La Fuga y similares debe ser arrinconada por el rock duro y la rumba macarra.
Así que hoy os recomendamos una exposición para enriquecer vuestros limites espirituales.
El Centro de Historia explora el impacto popular de los quinquis de los 80
Una exposición analiza a través del cine, la prensa y el entorno social la figura de estos jóvenes delincuentes convertidos en estrellas. El cartel de la película 'Perros callejeros' y también de la exposición.
Macarras de ceñido pantalón. Delincuentes habituales. Víctimas de un paro feroz. Chicos de barrio con la heroína como más preciada colega. Y también 'estrellas' mediáticas. La exposición 'Quinquis de los 80. Cine, prensa y calle' llega hoy al Centro de Historia de Zaragoza (estará hasta el 21 de noviembre) tras haber pasado por el CCCB de Barcelona y la madrileña Casa Encendida. En ella se analiza el impacto popular que algunos de esta especie de 'bandoleros del siglo XX' tuvieron tanto en la prensa y televisión de la época -que narraron prácticamente en directo sus andanzas, violentas y trágicas- como en el cine, donde la temática quinqui se convirtió en un género en sí mismo que cultivaron prestigiosos directores del momento. Aún ahora, algunos de esos títulos todavía figuran entre las películas más taquilleras del cine español.
'Westerns' patrios
La cazadora de cuero, el Talbot Horizon robado y el pico en vena forman parte del cine quinqui como el saloon, la pistola y el caballo lo hacen del 'western'. La saga de 'Perros callejeros', 'Navajeros', 'La estanquera de Vallecas', 'El pico' o 'Yo, el vaquilla' son solo algunos de los títulos más conocidos de este tipo de películas que vivieron su apogeo entre finales de los 70 y mediados de los 80 y que cultivó hasta Carlos Saura con su 'Deprisa, deprisa'. No obstante, son Eloy de la Iglesia o José Antonio de la Loma quien figuran en letras de oro entre los directores más destacados en este género. Fueron devotos de un realismo que les llevaba, incluso, a elegir para los papeles protagonistas a chicos sacados de la calle (no en vano muchos de ellos acabaron muriendo víctima de la droga o en episodios violentos).
'Caballo' y 'mono'
Estas películas, plagadas de violencia y sexo explícito, mostraban además sin ambages el lado más crudo de la droga. Términos como 'caballo' o 'mono' dejaron en aquella época de formar parte del entorno semántico de la zoología para remitir al oscuro pozo de los enganchados a la heroína. Paralelamente a estos éxitos para la gran pantalla, los medios de comunicación narraban día sí día no las 'hazañas' de estos quinquis, en una época en la que la "inseguridad ciudadana" era uno de las principales preocupaciones del país. El tirón y los atracos a bancos estaban a la orden del día. Hasta el punto de convertir en famosos a algunos de estos delincuentes. Es el caso del Vaquilla. Las andanzas de Juan José Moreno Cuenca se contaban por titulares en la prensa de la época. Heroinómano y enfermo de sida, entró por primera vez a la cárcel con solo 15 años. A partir de entonces, el Vaquilla desarrolló una frenética 'carrera' como delincuente que tuvo uno de sus puntos álgidos en 1984 cuando lideró un motín en la cárcel Modelo de Barcelona. Falleció en 2003, a los 42 años, de cirrosis. Su libertad estaba fijada para 2007.
La exposición del Centro de Historia, comisariada por Amanda y Mery Cuesta, es una oportunidad también para reencontrarse con las películas de esa época, así como con la estética de sus carteles y con reportajes para televisión. Igualmente, la muestra analiza el entorno urbano en el que proliferaron los quinquis, barrios periféricos de economías deprimidas. Es el caso de San Blas en Madrid, La Mina en Barcelona u Otxarcoaga en Bilbao. La música y la recreación de los ambientes de la época, como los billares, tampoco faltan en 'Quinquis de los 80'.
http://www.heraldo.es/noticias/cultura/el_centro_historia_explora_impacto_popular_los_quinquis_los_80.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario