EL ZARAGOZA YA ESTÁ PEOR que el curso pasado, con menos gol y juego, en descenso y con Arnaldo Félix de vuelta. Le toca explotar al máximo la autoestima..
La tarde del sábado comenzó con cara de haba cuando se levantó el telón de los triunfadores y salió Arnaldo Félix haciendo un guiño al pasado más rancio, al de una década con dos descensos, dos pasos por Segunda y una alianza incondicional con el poder y sus zapatos. Su elección como presidente de la Federación de Peñas en el gimnasio del club, honorable salón lo mismo para una Asamblea que para un vermut, fue como ver caer a cámara lenta y hacia atrás una cabeza de gamba en el serrín. Filmado, eso sí, por los hermanos Coen, que no dudarían en otorgarle el papel que le corresponde de rey indiscutible de la genuflexión.
Su regreso, sin embargo, tiene algo de ejemplarizante (sin ir más allá de lo puramente epidérmico) en estos momentos de zozobra intelectual y deportiva, con el equipo peor que el año pasado, con mucho menos gol y juego y en posición de descenso ante la aterradora panorámica de un calendario con forma de guillotina. Arnaldo Félix, quien, es justo decirlo, fue elegido democráticamente en estos tiempos de dictadura demencial, posee en su trémula personalidad y su verbo monosilábico la pose y el traje del ganador. Se cree a sí mismo con la cerviz erguida y el donaire de pensar que en la barbería le han dejado como un pincel.
El Real Zaragoza debería tomar nota de este secundario que se adjudica como nadie primeros planos. La derrota contra el Atlético entraba dentro de lo previsible pues, aún en sus miserias, el Pupas posee dos goleadores, y era lógico que la revolución de enero fuera sofocada por la bayoneta de la realidad que empuña Agapito Iglesias. Esta vuelta al paredón, aunque duela, no puede fomentar la depresión del equipo, ya que conoce el escenario, reconoce los fusiles que le apuntan y sabe que existen puertas de salida, entre ellas la promoción de la autoestima. NIDaw, forzado el día de su presentación a compararse con alguien, eligió a Patrick Vieira. Aunque posiblemente se encuentre más cerca de Chainho que del otrora poderoso centrocampista del Manchester City, ha de convencerse, como el resto de sus compañeros, de que de estas situaciones uno solo escapa a lomos de la fortaleza mental, nunca bajo las enaguas plañideras.
La tarde del sábado comenzó con cara de haba cuando se levantó el telón de los triunfadores y salió Arnaldo Félix haciendo un guiño al pasado más rancio, al de una década con dos descensos, dos pasos por Segunda y una alianza incondicional con el poder y sus zapatos. Su elección como presidente de la Federación de Peñas en el gimnasio del club, honorable salón lo mismo para una Asamblea que para un vermut, fue como ver caer a cámara lenta y hacia atrás una cabeza de gamba en el serrín. Filmado, eso sí, por los hermanos Coen, que no dudarían en otorgarle el papel que le corresponde de rey indiscutible de la genuflexión.
Su regreso, sin embargo, tiene algo de ejemplarizante (sin ir más allá de lo puramente epidérmico) en estos momentos de zozobra intelectual y deportiva, con el equipo peor que el año pasado, con mucho menos gol y juego y en posición de descenso ante la aterradora panorámica de un calendario con forma de guillotina. Arnaldo Félix, quien, es justo decirlo, fue elegido democráticamente en estos tiempos de dictadura demencial, posee en su trémula personalidad y su verbo monosilábico la pose y el traje del ganador. Se cree a sí mismo con la cerviz erguida y el donaire de pensar que en la barbería le han dejado como un pincel.
El Real Zaragoza debería tomar nota de este secundario que se adjudica como nadie primeros planos. La derrota contra el Atlético entraba dentro de lo previsible pues, aún en sus miserias, el Pupas posee dos goleadores, y era lógico que la revolución de enero fuera sofocada por la bayoneta de la realidad que empuña Agapito Iglesias. Esta vuelta al paredón, aunque duela, no puede fomentar la depresión del equipo, ya que conoce el escenario, reconoce los fusiles que le apuntan y sabe que existen puertas de salida, entre ellas la promoción de la autoestima. NIDaw, forzado el día de su presentación a compararse con alguien, eligió a Patrick Vieira. Aunque posiblemente se encuentre más cerca de Chainho que del otrora poderoso centrocampista del Manchester City, ha de convencerse, como el resto de sus compañeros, de que de estas situaciones uno solo escapa a lomos de la fortaleza mental, nunca bajo las enaguas plañideras.
A Javier Aguirre le toca, una vez más, ejercer de chamán. Ya es catedrático en la materia. No obstante, al menos este sábado, se dejó llevar en su intento de subsanar la baja de Ander. Ese centro del campo inicial sin Bertolo y con Braulio ocupando la posición del argentino provocó dentera y sumó confusión a un equipo que no está para experimentos. Un técnico nunca apuesta a la ruleta sino que imprime la normalidad y la calma aun con medio barco hundido en el océano. Que Ponzio se enfrentara a Agüero dentro del área explica algunos porqués de la derrota. ¿Y los centrales?
Diego Castro y Barral no son el Kun y Forlán, ni Caicedo se aproxima a Cristiano... El Real Zaragoza ha de seleccionar cuidadosamente sus preferencias y retomar la única ruta que conduce a la salvación: ser un conjunto puesto en su sitio, aguerrido y agónico si se quiere, pero, en la medida de lo posible, consecuente administrador de los partidos que ha de ganar no dejándose vencer. Su lucha por la permanencia adquiere una dimensión más complicada con menos encuentros por disputar, muchos coeficientes goleadores perdidos con rivales directos y una mínima expresión atacante. Pero cosas más difíciles hemos vivido, como que Arnaldo Félix haya retomado la presidencia de las Peñas gracias a su barbero.
N´Daw debe creer que es Patrick Vieira ( El Periódico de Aragón - 21/02/2011 )
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