Tradicionalmente la afición del Real Zaragoza era una afición bastante estándar. Se podría definirla como una afición fría hacia los suyos y siempre dispuesta para el insulto fácil. ¿Quién no recuerda a todo el estadio gritando el BORDE...BORDE ya se jugara contra el Madrid o contra el Rayo Vallecano?
Una afición formada por el típico hombre de mediana edad, que usaba el fútbol como desahogo de una vida rutinaria. Gente acostumbrada a pegarse más de 8 horas diarias en el torno de cualquier empresa, y a aguantar a una mujer más o menos caprichosa y a unos crios la mayoría de las veces insoportables. Hinchas que su único reducto de libertad era el bar y las sagradas tardes de los domingos.
Una afición formada por el típico hombre de mediana edad, que usaba el fútbol como desahogo de una vida rutinaria. Gente acostumbrada a pegarse más de 8 horas diarias en el torno de cualquier empresa, y a aguantar a una mujer más o menos caprichosa y a unos crios la mayoría de las veces insoportables. Hinchas que su único reducto de libertad era el bar y las sagradas tardes de los domingos.
Cuando se fundó el Ligallo siempre se tuvo en el punto de mira a estos tribuneros de puro y gabardina. No entendían nuestro comportamiento, ya que para nosotros el ánimo está por encima del insulto, y entendían menos todavía algunas de nuestras actitudes, lo que muchas veces acababa en frecuentes roces. Mítico cántico el Vosotros tribuneros, sois los folloneros.
Sin embargo, nadie podrá discutir a esa gente su zaragocismo. Todo el día hablando del Zaragoza, en el bar, en la fábrica o intentando volcar toda su pasión en sus hijos. Gente que sentía unos colores, que se daban sus berrinches si el equipo perdía, que se enfrentaban con hinchas rivales por haber insultado a algún jugador local, que se tomaban como una afrenta personal cualquier decisión del arbitro y sobre todo que no pasaban ni una a jugadores, entrenadores o directivos de nuestra club. Pues esta gente, esta vieja estirpe de aficionados, entiende al igual que nosotros, que lo primero es el club, sus colores, su escudo…y no se deja engañar fácilmente por jugadores habilidosos pero no involucrados, de entrenadores caprichosos o directivas vendehúmos.
También y siendo justos y aunque de normal estos seguidores no se caracterizaban por sus ánimos, cuando el equipo lo requería eran los primeros en sumarse a la fiesta (bien puestos de coñac, pacharan u otras míticas bebidas) y se presionaba como nunca a los rivales o al árbitro alguna vez incluso rozando el garrulismo. Todos recordamos míticas noches vividas en la Romareda.
Sin embargo todo esto ha cambiado. Mucha gente pronosticaba que se estaba intentando que las aficiones futboleras se parecieran cada vez más a las aficiones NBA. Todo es marketing, todo es negocio.
La opinión del aficionado fiel no cuenta y lo que es peor la de los técnicos deportivos tampoco. Si hay que traer un jugador mediático, se trae, aunque sea problemático. ¡Joder no vamos a ser menos que el Madrid! Y todo el mundo contento. Los periodistas, salvo excepciones, cambian de opinión y están sujetos a intereses comerciales o de rivalidad entre medios. Y los que cuentan la cruda realidad son tachados de agoreros.
Pero lo peor es que ahora las gradas están llenas, ya no de la gente que venía al futbol como desahogo y que eran a todas luces pasionales. Están llenas de comepipas, muchos de ellos jóvenes, gente que viene con la mentalidad de que aquí no se protesta nada, no vaya a ser que se descentren los jugadores, pero paradójicamente tampoco presionan a los rivales o al árbitro. Es decir, gente que ha crecido viendo el fútbol por la televisión, y con esa actitud vienen al campo, a ver un espectáculo deportivo, pero se podían haber ido tranquilamente al cine. Lo peor es que muchos de ellos no se acercaran a la banda a escupir o insultar a Cristiano Ronaldo o Messi sino que lo harán para conseguir una foto de gente tan famosa.
Para ellos el Zaragoza no es un sentimiento, es simplemente una opción de ocio más, mentalidad USA 100%. Y lo peor de todo, de esta gente es que estarán metidos en mil foros, escucharan todas las radios y se darán el lujo de opinar del Zaragoza.
Y es que ahora no es el momento de criticar. Esa es su frase preferida, a fuerza de ser escuchada a los voceros de Agapito, el cual nos miente sistemáticamente con proyectos deportivos lamentables, con una plantilla penosa y descompensada para un equipo de nuestra historia.
¿Y cuando es el momento de criticar?
¿Cuando acaba el partido y ponen el himno a toda ostia mientras la gente se da prisa por llegar a casa lo antes posible?
¿Cuando las cosas van mal?, evidentemente no, bueno en eso hasta nosotros estamos de acuerdo. Pero y cuando van bien, como el año pasado cuando subimos ¿entonces que?
Lo del año pasado, viendo a los jugadores celebrar por las calles del Zaragoza el ascenso, es lo más lamentable que he visto como Zaragocista, y encima muchos de estos teleaficionados se enfrentaban con la gente que critica a los directivos su “fantástica” gestión. ¿A que no adivinabais cual era su argumento? Efectivamente No es el momento de criticar.
Nuevos aficionados sin ningún tipo de orgullo. Son los típicos defensores del cambio del escudo, con dispares argumentos…que si hay que modernizar el club, que si esto será beneficioso para el marketing, que lo hacen los grandes. Lo dicho sin orgullo y sin ningún respeto a la historia.
Gente que no le importa de que color vista el Zaragoza, si con eso vendemos más camisetas, que no le importa que se ningunee la historia, que le daría igual que el Zaragoza cambiase de nombre si eso hace que vengan jugadores (literal, en los foros de internet la gente opinaba que si venían superestrellas al Zaragoza no les importaría llamarse Red Bull Zaragoza por ejemplo). Gente en definitiva victimas del momento actual que sufre esta sociedad sin valores, donde el compromiso, el honor, la fidelidad en todo momento son relegados por el dinero, la fama o lo que piense la mayoría. Antes esa gente existía, pero eran del Madrid o del Barsa, aunque quizás ahora estos aficionados en privado ahora también lo sean.
Tema aparte son los componentes de la peña animosa que tenemos enfrente. En privado, siempre están de acuerdo contigo en casi todos los temas, cambio del escudo, gestión del club… pero en cuanto Manolo Ceamanos, presidente de las peñas, ex ultra y ahora frecuente y entusiasta inquilino del palco junto a Bandrés, Agapito y demás canceres del zaragocismo, les dice algo todos a callar. Es decir, que por encima de los intereses generales del zaragocismo no están ya los intereses de su grupo, sino que están los intereses de su líder. Antes se hunda el Zaragoza que renunciar a pagos, subvenciones y prebendas varias que recibe el führer del colectivo, señor de las peñas y el mayor arrastrado y vendido que actualmente existe en el zaragocismo. Lejanos quedan los tiempos del lema ANTE TODO ZARAGOZA que el mismo predicaba. Sin duda, queda mucho mejor, ANTE TODO MANOLO CEAMANOS. Y encima para más cojones, esta peña revindica la lucha contra el futbol moderno, siendo ellos, un claro efecto de esa misma modernidad, un grupo que a todas luces, hace gala de la incoherencia y hablando de mentalidades que están lejos de conocer.
Al menos nos queda el orgullo de pertenecer a la indómita minoría, a la molestia constante. Somos conscientes que tal vez no podamos cambiar las cosas, pero que nadie dude que vamos a ser esa mosca cojonera tan difícil de eliminar. Seguiremos siendo ese mal necesario que necesita el zaragocismo.
Extraído del Fanzine del LIGALLO FONDO NORTE
No hay comentarios:
Publicar un comentario