El lapsus de Porquera
"Mi corazón solo tiene un color, el ´rojillo´", señaló el nuevo consejero al hablar de su sentimiento zaragocista
También aseguró que ni es accionista ni abonado del club.
"Desde el 15 de enero del 2008, cuando fue mi primer día en el club, mi corazón solo tiene un color, el rojillo, y un escudo, el del Real Zaragoza". La frase es de Javier Porquera poco después de ser nombrado consejero y tras la pregunta del accionista Miguel Ángel Clemente sobre su sentimiento zaragocista. Quizá se confundió con el CAI Zaragoza o pensó en Osasuna, en el gran rival, pero el Real Zaragoza nunca ha sido el equipo rojillo, si acaso blanquillo, un lapsus que puede ser solo eso, pero que no deja de ser significativo. De hecho, fue lo más comentado tras la junta.
Porquera llegó al club en enero del 2008, estuvo antes en el Real Madrid y nadie lo presentó cuando empezó a desempeñar el cargo de director general corporativo. Ha huido de apariciones públicas --sus primeras declaraciones a los medios fueron ayer-- y ha diseñado el plan económico de la entidad, algo que va a seguir haciendo. "Estamos haciendo una hoja de ruta que tiene que llevar al club a poner unas bases sólidas para el futuro. Nuestro objetivo en los próximos cuatro años va a ser reducir la deuda y que sea sostenible y renovable. Con esa reducción de deuda establecer qué tipo de inversiones deportivas vamos a poder hacer", aseguró el dirigente zaragocista.
Pero ese anuncio ya estaba tapado por su tremendo error en su respuesta durante la junta. Y es que cuando Agapito Iglesias lo anunció como nuevo consejero la cuestión sobre su zaragocismo recorrió el gimnasio. Y la pregunta directa del accionista Mario Orellana no se hizo esperar. "¿Es usted abonado o accionista?". Porquera ya no salió bien de ella.
"En estos momentos no soy accionista, pero mi intención es la de comprar acciones. No tengo abono, porque al desempeñar un cargo y acceder al estadio voy al palco. Cuando sea aficionado de a pie tendré mi abono, por supuesto", explicó a este respecto el director general corporativo.
Agapito le intentó entonces echar un cable, al asegurar que "su lealtad al Zaragoza está por encima de todo", pero una nueva intervención del director general corporativo sacó a relucir el corazón rojillo y el murmullo en algunas partes de la sala fue generalizado. "No puedo decir que desde los dos años soy zaragocista, porque estaría mintiendo", explicó. Y eso no se le pide, sino que sea un profesional con dedicación plena al Zaragoza. Y también que sepa las señas de identidad del club aragonés, claro.
El lapsus de Porquera ( El Periódico de Aragón - 30/03/2010 )
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